domingo, 22 de enero de 2012

Antártida: Cooperación internacional

Aunque sigue resultando complicado llegar, adentrarse y permanecer allí, muchas cosas han cambiado en la Antártida, desde que hace un siglo llegaran a ella Amundsen y Scott, entre otros exploradores.

Por ejemplo el irlandés Ernest Shackleton (1874-1922) quien dos años antes, en 1909, estuvo a punto de lograr la hazaña que sí conseguirían los otros dos exploradores.

Unas duras tierras de las que, hasta hace un siglo, se ignoraba absolutamente todo. Sin embargo hoy día ya no es así y disponemos de mucha información sobre ese remoto lugar.

Una información que obtenemos gracias a los numerosos recursos aportados por distintos países.

Como por ejemplo los modernos buques oceanográficos que, por decenas, estudian los mares que circundan el continente antártico. De ellos extraen información sobre las características y el movimiento de sus aguas, la naturaleza y el relieve de sus fondos, y la vida asociada a los mismos.

O los satélites artificiales que obtienen precisos datos acerca de la topografía, la distribución de los hielos y las características de la atmósfera.

Sin olvidarnos de las, alrededor de, sesenta y cinco (65) estaciones científicas pertenecientes a una treintena de países -una cuarentena de las cuales permanecen ocupadas todo el año-.

Ellas son las encargadas de facilitar la permanencia en tan hostiles condiciones ambientales, dando apoyo a las labores que allí se realizan.

Una tarea encomiable que sólo sería posible gracias a los actuales sistemas de comunicación.

A diferencia de los tiempos heroicos, en los que los investigadores permanecían meses e incluso años sin conexión con el exterior, en la actualidad ya no es así.

La gran mayoría de bases y buques disponen de transmisiones vía satélite, tienen conexión a Internet y reciben partes meteorológicos. También pueden enviar y recibir correos electrónicos, así como hablar por teléfono con casi cualquier lugar del mundo

Unas mejoras científicas y técnicas que no solo han elevado el nivel de eficacia y seguridad de las operaciones, sino que han supuesto un drástico cambio en la dramática sensación de aislamiento que experimentan estos hombres. (Continuará)


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