lunes, 15 de junio de 2009

¿Para qué se emplea la lejía?

Ya que la respuesta parece evidente aprovecharé, antes de darla, para introducir algunos datos del producto en cuestión.

Desde el punto de vista químico, la lejía es un compuesto químico de nombre hipoclorito de sodio y fórmula NaClO, aunque en estado sólido se suele presentar en forma de sal pentahidratada, NaOCl • 5 H2O.

Fue sintetizado por primera vez en 1785 por el químico francés C. L. Bertholet, que lo bautizó como 'agua de Javel'. Una especie de homenaje al nombre del barrio periférico de Paris, donde la obtuvo por primera vez, Javel.

Aunque la verdad es que se la conoce más por algunos de sus nombres comunes o vulgares, a saber: lejía, cloro, agua lavandina.

Por su naturaleza y estructura es un fuerte oxidante, barato de obtener y con un amplio espectro de aplicaciones por tanto.

Algunas aplicaciones
La primera de ellas fue en la industria textil, como blanqueante de los tejidos de algodón, al ser capaz de decolorar cualquier colorante.

Con posterioridad se descubrieron sus propiedades como desinfectante, por lo que pasó a utilizarse en medicina.

Su aplicación genérica (material quirúrgico, camas, prendas, manos, heridas, etc) redujo el índice de mortalidad al 50%. Un avance sustancial.

Poco faltaba para que el también químico francés Louis Pasteur, a finales del siglo XIX, asociara los microbios con la causa de las infecciones y lo relacionara con las propiedades antisépticas de la lejía.

Fue un momento de máximo reconocimiento social para ella. Gracias a sus propiedades como activo agente antiséptico, los microorganismos causantes de las enfermedades, podían ser eliminados. Un salto importante para el hombre.

Otros usos
Y no quedan ahí sus aplicaciones. Por ejemplo, en dosis adecuadas, se emplea mucho como oxidante en el proceso de potabilización del agua. También se utiliza en las líneas de envasado de la industria agroalimentaria.

Y, en altas concentraciones, se aplica a los sistemas hídricos contaminados por la Legionella (torres de refrigeración, sistemas de distribución de agua en lugares públicos, etc.), para neutralizar su formación y desarrollo.

Y por supuesto la tenemos en nuestros hogares, en forma de disolución. La del bote que he visto en casa, tiene una composición de cuarenta gramos de hipoclorito por litro de disolución (40 g/L).

Una dilución que la hace aplicable para prácticamente casi todo, gracias a su poder fungicida y bactericida.

La usamos para la desinfección de toda clase de componentes: suelos, baños, cocinas, cerámicas, sanitarios. Y hasta para la desinfección de verduras y hortalizas. Una maravilla.

Pocos dudan en afirmar que la lejía es uno de los más económicos, potentes y eficaces germicidas, de amplio espectro, descubierto por el hombre. Puede ser.

“Que la he liado parda, ¿sabes?”
Como seguro sabrán, el hipoclorito de sodio también se utiliza como desinfectante en las piscinas. En el caso de esta aplicación no debemos olvidar que, en disolución acuosa, esta sal sólo es estable a pH básico. Precaución.

Al acidular en presencia de cloruro, tiende a liberar cloro (Cl2). Un gas tóxico amarillo-verdoso, unas dos veces y media más denso que el aire, de olor desagradable y tóxico. Por eso el hipoclorito se debe almacenar lo más alejado posible de cualquier ácido. Caución.

Un detalle que pasó por alto la socorrista de una piscina comunitaria, el verano pasado en la localidad de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Seguro que recuerdan el incidente.

Provocó una nube tóxica de cloro gas, al mezclar por accidente e ignorancia dos productos para el tratamiento del agua. Uno de ellos nuestra lejía, el otro el ácido clorhídrico.


Pese al potencial peligro, por suerte, todo quedó en un pequeño susto. Al final, lo más increíble del caso fue la explicación de la socorrista, no muy puesta en el tema esa es la verdad. Al ser preguntada contestó:

- Me he equivocado de producto y… he echado ácido clorhídri… si… ácido clorhídrico encima de… sulfato de sodio… de… cloro… no sulfato no…
- …
- No sé lo que era.
- Que vamos, que la he liado parda, ¿sabes?

Por si la quieren ver.


3 comentarios :

toxico dijo...

esta guay lo de la bañista

Xermán Prieto dijo...

Me pasó a mi (7 abril 2011)el mismo accidente. El fontanero, sin yo saberlo, hechó unhya botella de agua fuerte e una tuberia para desatascarle. Yo, para hacer lo mismo, eché una botella de lejia. Tuvimos que desalojar unhas horas el piso. Soy químico.

Unknown dijo...

A mí en las paredes me dura muy bien un mes por lo menos eso que tengo pintura fungicida anticondensacion y anticalorica