Hace unas entradas les contaba que el pasado mes de mayo, bien podía deber su nombre al hecho de estar dedicado a las personas mayores, maiores. Pues bien de ancianos les quiero hablar ahora.
En concreto de una nueva enfermedad, descubierta no hace mucho, y a la que le han dado un nombre impactante: el Síndrome del Apagón Emocional. Por supuesto en los EEUU, dónde si no.
Todo empieza un día en el que un anciano, aparentemente sano y sin causa aparente, decide que ya ha hecho lo suficiente en la vida y que no quiere vivir más. Por lo que en un breve periodo de tiempo, sin más, se muere.
Lo sorprendente de la defunción viene cuando, al practicarle autopsia, no se encuentra ningún fallo orgánico que justifique el fallecimiento. Se podría decir que acaban muriendo de viejos, más que de una enfermedad.
Y lo curioso del caso es que aunque ya tiene nombre, síndrome de apagón emocional, no existe ningún trabajo científico que demuestre su existencia. Ni hay datos sobre el número de personas a las que afecta. Nada de nada. Pero ahí está. Como 'las meigas, que existir no existen, pero haberlas haylas'.
Dicen que es como si les inundara un sentimiento de rutina, que no les permite encontrar estímulos para seguir viviendo. No es una depresión, sino una falta de ilusión. Un sentir que ya no tienen nada y que nada son. El apagón emocional es un prolegómeno de la propia muerte.
¿Para qué vivir más?
Las personas que están al cuidado de ancianos en geriátricos, cuentan que se nota perfectamente cuándo los ancianos deciden que están hartos. Cuándo pasa por sus mentes un ‘hasta aquí hemos llegado’. Siempre ocurre de la misma manera.
El primer síntoma es la apatía. Se niegan a caminar y no contestan cuando se les habla. En su mente hay una sola pregunta: "¿para qué vivir más?"
El segundo es que dejan de comer. Saben que si lo hacen, se mueren. Y a ello se ponen. Y nuestro único recurso es entonces sondarles y obligarles a vivir. Terrible.
Desde el punto de vista de la ciencia se entiende como un desajuste a nivel cerebral, que se da cuando las personas pierden la ilusión y la motivación. Es como si envejecieran rápidamente y el sistema defensivo ya no les defendiera de nada. Algo que puede suceder, por lo general, después de la jubilación.
Y en España hay siete millones y medio de personas con más de 65 años y la esperanza de vida supera los 80 años. Así que precaución. La vida de nuestros mayores nos va en ello.
1 comentario :
¿ya no rediunden el programa los sábados?
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