(Continuación) Gauss fue un niño prodigio en Matemáticas y lo siguió siendo toda su vida. No en vano es conocido como el "Príncipe de las Matemáticas".
Un título bien justificado si no atenemos a sus numerosas aportaciones en diferentes campos: Teoría de Números, Álgebra, Geometría Diferencial, Aritmética, Estadística, Análisis, etcétera.
Quizás la característica principal de su obra, sobre todo en matemáticas puras, sea haber razonado con lo particular como si fuera general.
Un método que le valió el reconocimiento del mundo científico. Y como muestra del mismo nos sirve el siguiente botón.
En cierta ocasión el barón A. von Humboldt (1769-1859), famoso viajero y amante de las ciencias, preguntó al astrónomo y matemático francés Pierre Simón Laplace (1749-1827) quién era el matemático más grande de Alemania. Éste le contestó que el matemático J. F. Pfaff (1765-1825).
“¿Y Gauss?”, le preguntó asombrado von Humboldt. A lo que, con rapidez, Laplace respondió: “No. Pfaff es el más grande matemático de Alemania, pero Gauss es el más grande matemático del mundo”.
Una afirmación que, dos siglos después, sigue siendo aceptada por muchos.
Con poco más de veinte años pudo calcular la órbita del planetoide Ceres, el “nuevo planeta” descubierto por G. Piazzi, y para ello sólo necesitó tres mediciones de su posición.
Tampoco es que hubiera muchas más en esa época.
También realizó aportaciones en electricidad y magnetismo. Junto con el físico W. Weber formuló una teoría general del magnetismo terrestre, y hacia 1833 inventó un telégrafo eléctrico, semejante al que en los EEUU hizo J. Henry.
Él fue el inventor del heliotropo, instrumento que reflejaba la luz solar a grandes distancias y que facilitaba los cálculos en las operaciones geodésicas, de mediciones terrestres.
Y por supuesto sus aportaciones en matemáticas contribuyeron, de forma fundamental, en la búsqueda de soluciones para complejos problemas de diferentes ciencias.
En fin, que su ágil y privilegiada mente nunca pareció que dejara de funcionar. Lo digo porque con 62 años se propuso aprender ruso y lo consiguió. No le digo más. (Continuará)
Un título bien justificado si no atenemos a sus numerosas aportaciones en diferentes campos: Teoría de Números, Álgebra, Geometría Diferencial, Aritmética, Estadística, Análisis, etcétera.
Quizás la característica principal de su obra, sobre todo en matemáticas puras, sea haber razonado con lo particular como si fuera general.
Un método que le valió el reconocimiento del mundo científico. Y como muestra del mismo nos sirve el siguiente botón.
En cierta ocasión el barón A. von Humboldt (1769-1859), famoso viajero y amante de las ciencias, preguntó al astrónomo y matemático francés Pierre Simón Laplace (1749-1827) quién era el matemático más grande de Alemania. Éste le contestó que el matemático J. F. Pfaff (1765-1825).
“¿Y Gauss?”, le preguntó asombrado von Humboldt. A lo que, con rapidez, Laplace respondió: “No. Pfaff es el más grande matemático de Alemania, pero Gauss es el más grande matemático del mundo”.
Una afirmación que, dos siglos después, sigue siendo aceptada por muchos.
Gauss, un científico multidisciplinar
A pesar de que llegó a afirmar que “La Matemática era la Reina de las ciencias y la Aritmética la Reina de las Matemáticas”, Gauss también realizó importantes contribuciones a otras ciencias como la Física, Astronomía, etcétera.Con poco más de veinte años pudo calcular la órbita del planetoide Ceres, el “nuevo planeta” descubierto por G. Piazzi, y para ello sólo necesitó tres mediciones de su posición.
Tampoco es que hubiera muchas más en esa época.
También realizó aportaciones en electricidad y magnetismo. Junto con el físico W. Weber formuló una teoría general del magnetismo terrestre, y hacia 1833 inventó un telégrafo eléctrico, semejante al que en los EEUU hizo J. Henry.
Él fue el inventor del heliotropo, instrumento que reflejaba la luz solar a grandes distancias y que facilitaba los cálculos en las operaciones geodésicas, de mediciones terrestres.
Y por supuesto sus aportaciones en matemáticas contribuyeron, de forma fundamental, en la búsqueda de soluciones para complejos problemas de diferentes ciencias.
En fin, que su ágil y privilegiada mente nunca pareció que dejara de funcionar. Lo digo porque con 62 años se propuso aprender ruso y lo consiguió. No le digo más. (Continuará)
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