Y es evidente lo que es. Una partida de “Tres en raya” o “Ceros y cruces” o “Tres en línea” como sea que ustedes lo conozcan. Un simple juego de lápiz y papel entre dos jugadores, que se lleva a cabo sobre un tablero de 3 x 3 y en el que, de forma alternativa, se van marcando los espacios con O y X.
El juego lo gana aquél que logra una línea -en horizontal, vertical o diagonal-, con sus tres signos. De modo que si hay que ponerle un nombre al grafiti, éste bien podría ser “Se acabó el juego”, ganaron los ceros.
Como “nota cultureta” del juego decirles que dada su simpleza, es jugado en principio por los niños pequeños lo que no es, en ningún caso, óbice para que también se utilice como herramienta pedagógica, en la enseñanza de diferentes conceptos matemáticos.
Por ejemplo de teoría de juegos, área de la matemática aplicada que mediante modelos estudia interacciones en estructuras formalizadas de incentivos («juegos»).
O de la rama de inteligencia artificial (IA) o mejor expresado inteligencia computacional, que es la inteligencia exhibida por las máquinas, encargada de la búsqueda de árboles de juego. En teoría de juegos, un árbol de juego es un grafo cuyos nodos representan posiciones en el juego y cuyas aristas representan movimientos de los jugadores.
Y siguiendo con la “nota cultureta”, ahora del grafiti, decirles que las cruces (X) son los aviones de guerra rusos, y los ceros (O) los neumáticos que los niños de la ciudad queman para crear cortinas de humo y despistar a los pilotos.
Un grafiti que da mucho que pensar y en muchos sentidos. Quizás vengan otros.
No hay comentarios :
Publicar un comentario