Segregación, término entendido como acción y efecto de apartar o marginar, sea algo de otras cosas, sea alguien de demás personas, y que en el caso de los seres humanos suele estar motivada por tramas sociales, culturales, políticas, etcétera.
Género, concebido no como un mero e incorrecto sinónimo de sexo, lo que es del todo impropio, sino como se emplea por ejemplo en la disciplina de la sociología, con el significado de categoría sociocultural que implica diferencias o desigualdades de índole racial, económica, sexual, política, religiosa, laboral o ideológica.
Es decir como una significación cultural que hace referencia a un conjunto de roles, a diferencias culturales o sociales, y no como una característica natural o biológica, ya saben, una condición de los seres vivos por la que se distingue al macho de la hembra.
De esta forma se busca, un tanto arteramente, excluir del resto de la población humana a grupos tan diversos como: minorías raciales, mujeres, minorías religiosas, personas con discapacidades varias, entre otros,
Y Ciencia, aquí traída por una de sus acepciones. Aquella con la que se alude al nombre genérico de las distintas ramas del saber humano, que tienen al mundo natural o físico o la tecnología como materias de estudio. O sea que nada de creencia ni de arte.
Dicho lo cual, voy por el par de detalles prometidos al despedirme en la entrega anterior.
Detalles a exponer
Uno. Convencido estoy que no es una noticia novedosa para ningún lector, si les digo que desde hace ya cierto tiempo, las mujeres son mayoría en el total del alumnado universitario; en realidad lo son en todos los niveles educativos. No, no lo es. Como tampoco el hecho de que consiguen la licenciatura antes que los hombres y, además, con mejores expedientes académicos. No, tampoco. Y esto es incuestionable.
Sin embargo en España, también en otros países desarrollados, quizás no todos sepan que en ciertas carreras de ciencia, en ramas como las experimentales y las ingenierías, sigue habiendo pocas mujeres.
Esto también es incuestionable ¿Recuerdan lo de “ciencias duras y ciencias blandas”?, pues eso. Los exégetas del tema se refieren a este detalle, y tratan de explicarlo, planteando la existencia de una segregación horizontal. Volveremos sobre ella.
Dos. No obstante, esta diferencia académica, numérica e inicial a su favor, se invierte con el tiempo y en el posterior desarrollo académico, investigador o profesional de la licenciatura femenina.
Y como resultado se produce un deplorable efecto. Resulta que hay muy pocas mujeres que ocupen puestos altos en la carrera científica, en las estructuras de gestión empresarial o en el reconocimiento científico a través de la concesión de un premio de importancia reconocida.
A este sesgo, los que saben del asunto lo llaman segregación vertical. Aunque existe una expresión, ‘techo de cristal’, que ilustra de manera magnífica su significado.
‘Techo de cristal’
Nos viene a simbolizar que existe algo “intangible”, que no se ve, pero que sin duda, por los resultados que produce es más que tangible, o sea que existe, está ahí e impide el desarrollo de la mujer frente a la del hombre.Eso es un techo de cristal, una especie de mano negra. (Continuará)
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