Estaba relacionada con una de esas noticias científicas que llegan a acaparar las primeras páginas de los periódicos y, además, dan motivo de charla a personas normales como ustedes y yo.
No era otra que la de que se habían encontrado pruebas de la existencia de las ondas gravitacionales, y en la susodicha entrada yo les decía el día en el que habían sido predichas cien (100) años atrás.
Y ese día ha llegado.
Tal como hoy jueves de hace un siglo, el 29 de junio de 1916, entonces también cayó en jueves, aparecía publicado el artículo Integración aproximada de las ecuaciones de campo gravitatorio.
En ese mismo artículo su autor, el físico germano-estadounidense Albert Einstein (1879-1955) preveía la existencia de ondas gravitacionales como una consecuencia de su TRG, una teoría gravitatoria en realidad.
También les decía que en puridad, unos meses antes, Einstein había desarrollado un manuscrito al respecto en el que, curiosamente, no cita para nada a las susodichas ondas.
Es conocida la fotografía en la que se puede ver al Dr. Roni Gross mostrando a la prensa las páginas originales manuscritas, junto a la edición del artículo ‘Die Grundlage der allgemeinen...’ publicado el 20 de marzo de 1916.
Pero la fecha oficial para las ondas gravitacionales es la de aparición del artículo Näherungsweise Integration der Feldgleichungen der Gravitation, publicado el 29 de junio de 1916 en la revista Sitzungsberichte der Königlich Preussischen Akademie der Wissenschaften Berlin.
Es una fecha más de esas que hemos dado en llamar "días que cuentan en el quehacer de las ciencias", y que empiezo a sospechar por la frecuencia de sus apariciones que, más pronto que tarde, van a tener en primera derivada toda una categoría bloguera para ellas solas.
El continuum espacio-tiempo dirá.
[*] En relación con el nombre de las teorías de la relatividad einstenianas, el de la general deriva de la extensión que el autor de ambas hace de su predecesora, la teoría de la relatividad especial (TRE) o restringida.
Una teoría a la que Einstein durante los dos primeros años, prefirió llamar por motivos obvios - los intervalos en el espacio-tiempo son los mismos para todos los observadores y reciben el nombre de invariantes-, teoría de los invariantes en vez del confuso teoría de la relatividad.
A esa generalización que realiza entre 1915 y 1916 y que la convierte en una teoría del campo gravitatorio y de los sistemas de referencia generales, contribuye la introducción de nuevos conceptos.
Entre ellos: el principio de equivalencia, que describe la aceleración y la gravedad como aspectos distintos de la misma realidad; la noción de la curvatura del espacio-tiempo; el principio de covariancia generalizado, etcétera. (Continuará)
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