Se trata de una expresión que alude tanto a la propia operación de transformación como a la función que produce y es de carácter reversible, de modo que puede realizar transformaciones de cualquiera de los dominios al otro.
Llamada así en honor al matemático y físico francés Jean-Baptiste Joseph Fourier (1768-1830), resulta que fue un hombre prolífico.
Sirva de botón de muestra: las famosas Series de Fourier, con las que consiguió deducir la ecuación del calor; la explicación científica al efecto invernadero; etcétera.
Es más, su nombre es uno de los que se encuentra grabado en la lista de setenta y dos (72) científicos de la Torre Eiffel. Y no es chauvinismo.
Fuente: Visualizing Math.
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