En realidad esta sorpresa es también el confesado oportunismo y detonante temporal de esta serie de entradas entre astronáutica y música. Precisamente el pasado domingo 19, finalizó el Festival Internacional de Benicasim, FIB.
Había arrancado el jueves 16 y en el ínterin se desarrollaron distintos conciertos de música pop, rock, indie, electrónica, etcétera, amén de otras actividades culturales como teatro, moda, cine, etcétera.
En fin, lo que algunos llaman cultura.
Y si miramos el cartel de actuaciones de esta edición de 2015, en la que cumple su veinte (20) aniversario ya que empezó en 1995, veremos entre los grupos de cabecera a Blur ¿Se dan cuenta?
Fue la visión del conjunto musical el principio desencadenante de estas entradas, pero no será el fin. Si se fijan, debajo justo del grupo inglés, se encuentran los españoles Los Planetas, unos músicos muy científicos. No les digo más.
Y sin solución de continuidad, y acabados los nexos, pasemos a la segunda de las sorpresas: ¿Por qué le pusieron a la sonda el nombre de Beagle? ¿Por qué el número 2? ¿Es que hay acaso un Beagle 1?
De HMS Beagle a Beagle 2
El nombre de la sonda, Beagle 2, lanzada en junio de 2003, hace referencia al del bergantín HMS Beagle botado en mayo de 1820 y que participó en tres expediciones siendo la segunda singladura, bajo el mando del comandante Robert Fitz-Roy, la más famosa.Lo fue porque en ella viajó a bordo el entonces joven naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882), que se las tuvo con Fitz-Roy antes, durante y después del viaje, y cuyo trabajo a lo largo de los cinco (5) años que duró la travesía acerca del evolucionismo, como es bien sabido revolucionó el conocimiento humano de la vida en la Tierra.
Tanto que hizo de él un "Hacedor de la Ciencia", y del barco uno de los más conocidos de la historia. Hasta cierto punto tiene sentido la expresión de Pillinger: “Si el HMS Beagle condujo al descubrimiento del secreto de la vida en la Tierra, ¿por qué el Beagle 2 no puede hacer lo mismo en Marte?
Bueno pues ya sabe por qué es Beagle 2. Casi dos (2) siglos antes existió otro Beagle, que fue un barco británico, y de ahí el lema que precede al nombre, HMS, la sigla formada por las iniciales de “Buque de Su Majestad”, en inglés His/Her Majesty's Ship.
Del barco sabemos que tras muchas peripecias acabó en el desguace en 1870. Y de la sonda les he contado que se dio por perdida en febrero de 2004, tras el fracaso del amartizaje unos días antes.
Sin embargo eso no significa que fuera su fin.
Segunda oportunidad
La vida a veces da una segunda oportunidad o la vigésima, como es mi caso con el FIB de hace una semana. Sin embargo, la segunda oportunidad de la sonda ocurrió unos meses antes, hacia primeros de este año 2015. El pasado viernes 16 de enero, la NASA informaba que había sido encontrado el aterrizador Beagle 2, gracias a las imágenes ofrecidas por el Mars Reconnaissance Orbiter, MRO.
En ellas se podía ver a la sonda con sus paneles solares parcialmente desplegados, a unos seis kilómetros (6 km) del punto previsto de aterrizaje. Es decir que a lo mejor no fue todo un fracaso.
Por desgracia, de esta noticia no pudo tener conocimiento el profesor y líder del proyecto Colin Pillinger, de la Open University, pues murió en mayo de 2014.
¿Qué es lo que pasó en ese fallido aterrizaje? ¿Podremos poner fin a este misterio marciano?
Pues a fuer de ser sincero, no lo sé. De lo que sí estoy convencido es que esa es otra historia y, como tal, debe ser contada en otra ocasión.
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