lunes, 27 de mayo de 2013

¿Por qué canta el gallo?: Otra razón científica (y II)

(Continuación) Es decir que estos animales, como otros, operan en una especie de ritmo circadiano, que se ve a su vez afectado por el mundo exterior con el que se mantiene en sintonía. Así que, ni para uno ni para otro.

El equipo investigador japonés, espera que estos experimentos les ayuden a entender más, acerca de los comportamientos genéticamente modificado de estos y otros animales. Porque esa es otra.

A diferencia de la voz humana o las llamadas de otros pájaros, el canto de los gallos no es algo que aprendan o se transmitan de generación en generación. No. En su caso, ya nacen con la capacidad de hacerlo, incluida la hora y momento.

Por ahora todo un misterio en sí mismo, el cuándo y por qué canta un gallo. Y cuya solución podría aportar luz para entender, por ejemplo, por qué los perros hacen “guau” y los gatos hacen “miau”.

Ya ven por dónde apuntan.

Se piensa que el comportamiento genéticamente controlado de los gallos podría ser, no sólo un excelente modelo para el estudio de estos sucesos, sino un modelo extrapolable a otros animales.

Ya veremos en qué queda. No es poco lo que hay que estudiar aún.

A propósito de los ritmos circadianos
Los ritmos circadianos o ritmos biológicos se pueden definir como las variaciones periódicas de las constantes fisiológicas en un determinado intervalo de tiempo.

En el caso de los mamíferos, el reloj que controla estos ritmos se encuentra en el núcleo supraquiasmático (NSQ) del hipotálamo, y sabemos de él que su actividad está controlada, en gran medida, por la luz ambiental.

Es a través de los ojos como enviamos información al NSQ sobre la cantidad de luz que hay en el exterior, y cuyo valor afecta a la síntesis de melatonina, cuya producción es alta durante la noche y baja durante el día.

Esta hormona es segregada por la glándula pineal y se secreta solamente en condiciones de oscuridad. De modo que cuando el fotoperiodo de una persona se altera, cuesta mucho recuperar los niveles de secreción máximos de esta hormona durante la noche, y sólo se consigue alcanzar los niveles normales pasado un tiempo.

Esto provoca que los momentos de mayor actividad de muchos ritmos se desplacen y se genere una desincronización interna.

El conocido ‘jet lag’ es un buen ejemplo de desorden de los ritmos circadianos. Y al que resultan igual de perjudiciales, estar bajo una luz permanente como estar en total oscuridad; en ambos casos nuestros ritmos se desincronizan.

Un último apunte acerca de la luz empleada. La producción de melatonina depende de la luz que empleemos, de su longitud de onda (λ). No es lo mismo que sea roja (de menos valor) que azul (de mayor valor).

Y como su dependencia es directa, la azul es la que más melatonina produce.

No siempre suena kikirikiiii 
No. El sonido del canto del gallo depende del idioma en el que se representa.

Hay que tener en cuenta que, kikirikiii, es una onomatopeya, o sea, la imitación lingüística o recreación de un sonido natural o de otro fenómeno acústico no discursivo.

Son ejemplos típicos de onomatopeyas, «bum», «pam», «bing», «clic», «clá», «crac» o «zigzag», y es un recurso que existe en todos los idiomas aunque, por lo general, difieren de uno a otro y en diferentes grados.

En algunos casos, incluso, de forma radical debido a que la mayoría de los sonidos no se pueden articular fonéticamente.

El que nos trae es uno de los empleados para describir el sonido emitido por animales, en particular al gallo, y que suena así: quiquiriquí (español); kikeriki (alemán); kúkuriguu (búlgaro); coco rico (francés); cock-a-doodle-doo (inglés); kokekokkoo (japonés); kukuryku (polaco).



1 comentario :

sue dijo...

Jaja coco rico. Interesante todo el artículo