(Continuación) Les decía que si bien las primeras imágenes fotográficas de la Luna tenían una calidad bastante baja, ésta mejoró de forma muy rápida con el paso del tiempo.
De hecho, para 1890, la fotografía lunar había sido ya reconocida como una rama de la investigación astronómica. Un proceso, el de la fotografía, parecido al que experimentó el telescopio unos doscientos años antes.
Y les dejé anunciándoles que hablaríamos de toponimia lunar unificada. Pero ya saben. El hombre propone y… los seguidores del blog disponen.
Resulta que uno de ellos me escribió hace unos días asociando esos movimientos cíclicos de Luna y Sol con la letra de una canción. Sí, como lo leen.
“El Sol se llama Lorenzo y la Luna Catalina”
Una algo antañona que viene a decir algo así como: “El Sol se llama Lorenzo y la Luna Catalina, / cuando Lorenzo se acuesta / se levanta Catalina. / Pero mira, mira, mira / pero mira, mírame…”. La verdad es que la canción tiene unos años, pero si ha sobrepasado el medio siglo de edad, es probable que le suene.
Si no es así, no importa, tampoco es que haga al acaso.
Porque, volviendo al correo del amable seguidor, en él me comentaba también que aquí, en España, al Sol le dicen, de modo coloquial, Lorenzo.
Y así, se suelen oír expresiones del tipo: “Cómo pega hoy el Lorenzo” o “Cómo se nota en cuanto se va el Lorenzo, ¿eh? Hay que ver lo que refresca”.
En definitiva lo que él quería saber es por qué al Sol le llaman Lorenzo y, ya de la que va, a la Luna Catalina. Y claro me escribía preguntándomelo.
Bueno, pues vamos a ello. Pero desde ya les pongo sobre aviso. El asunto de los nombres tiene más bien poca enjundia científica. Empezaremos, claro, por la dama.
¿Por qué la Luna se llama Catalina?
Y en Grecia, Hécate, era una diosa lunar. Una de las trinidades originales asociadas con las tres fases de la Luna que gobernaban el cielo, la tierra y el submundo. En concreto Hécate, reaparición de Febe, era la diosa de la Luna que en la mitología griega representaba al inframundo, la brujería y la oscuridad.
De Hécate se formó Kat que significa luz. Y Kat, con el paso del tiempo, devino en el nombre Catalina. Y poco más les puedo añadir. Ya les avisé.
Pero para que vean que he hecho los deberes, les traigo otra canción que hace referencia a esta relación entre cuerpos celestes y nombres propios, si bien sólo aparece Lorenzo. Es de Chambao, su título ´Ahí estás tú`.
1 comentario :
¿por qué ha dejado de escribir sobre este tema.meinteresa
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