lunes, 23 de julio de 2012

Selenografía y fotografía (V)


(Continuación) Y con el cambio la intención de publicar un atlas geográfico de la Luna puramente fotográfico.

Selenografía fotográfica. Consolidación 
Una idea que intentaron poner en práctica más de un observatorio, entre ellos el de Lick. El mismo cuyas placas fotográficas había mejorado a mano un viejo conocido, Johann Nepomuk Krieger.

Pero este intento no prosperó, quizás le faltó algo de suerte. Fue el Observatorio de París el que, finalmente, lo llevó a cabo.


Y al frente de tal proyecto los astrónomos franceses Maurice Loewy (1833-1907) y Pierre Puiseux (1855-1928), quienes con un refractor Coudé de sesenta centímetros (60 cm) consiguieron completar, entre 1896 y 1909, un atlas lunar con ochenta (80) fotografías de 50 cm x70 cm.

Un atlas que, sin embargo, presentaba dos dificultades reseñables. Una. Estaba incompleto, ya que no cubría toda la superficie de nuestro satélite, lo que suponía una limitación. Y dos. Utilizaba más de un escala, lo que representaba un problema.

Unas dificultades que sólo se superaron con el tiempo. Hubo que esperar casi sesenta años, para que apareciese publicada una obra de más calidad técnica.

Pero el caso es que, a finales del siglo XIX y comienzo del XX, la selenografía había tomado ya carta de naturaleza como ciencia y tenía recorrido un camino de la mano de la astronomía moderna.

Buena prueba de ello es que en las revistas especializadas -desde la Astronomischen Nachrichten fundada en 1821, hasta la Astrophysical Journal de 1895, pasando por Monthly Notices of the Royal Astronomical Society- no dejaban de aparecer nuevas contribuciones sobre nuestro satélite y su cartografía.

Sí. Estaba en el camino. Pero, ¿cuál debía ser el siguiente paso a dar?

Bueno, en realidad, ya lo había iniciado. Ahora lo suyo era ahora nombrar los accidentes geográficos de forma unificada. Se imponía una onomástica geográfica lunar. Una toponimia unificada. (Continuará)

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