¿Por qué no nos hace daño el ácido del estómago? (y II)

(Continuación) No es solo que la cantidad de ácido clorhídrico sea absolutamente letal por sí misma, es que en ese órgano tan peculiar, que llamamos estómago y tiene el tamaño de un melón, se segregan alrededor de seis vasos de ácido gástrico al día.

Bueno pues si un estómago adulto medio puede almacenar hasta tres litros (3 L) de líquido, ¿por qué el estómago no se digiere a sí mismo?

¿Por qué el estómago no se digiere a sí mismo? 

La razón de tal inmunidad estriba en que su interior está recubierto de una capa protectora natural, una especie de gel llamado moco gástrico.

Liberado por las células mucosas, unas células gástricas especiales, esta mucosidad forma una delgada película que recubre la pared interior del estómago, protegiéndolo de los corrosivos agentes digestivos.

Pero no es ésta la única función del moco.

También lubrica el bolo alimenticio para que circule con facilidad por el tracto digestivo y, además, fabrica su propio antiácido: bicarbonato de sodio, NaHCO₃, que se encarga de neutralizar al clorhídrico y desactivar a la pepsina.

Así que ahí lo tienen.

Un tres en uno el tal moco -que junto al hecho de que las células de la pared gástrica son en sí mismas impermeables a los productos de la digestión- hacen que ni nos enteremos de la guerra química que se libra en su interior.

O casi. Porque en algunas personas, debido a problemas en el suministro de sangre al estómago o una sobre producción de ácido, este sistema de defensa no funciona como debiera.

Lo que les puede acarrear unas úlceras gástricas u otros problemas en el estómago.

Y ya que hablamos de problemas gástricos, ¿quién no ha experimentado alguna vez el malestar de una mala digestión, fruto de una comida copiosa demasiado grasienta o muy condimentada? Yo creo que casi nadie.

¿Y quién entonces no ha recurrido al casero, familiar y socorrido bicarbonato de sodio de la cocina, para combatir la acidez? Yo creo que nadie.

¿Qué sabemos de esta sustancia?