Es decir que ya ha llovido.
Al parecer, entre los fans del rock sicodélico, era práctica común escuchar al revés algunos discos, con la intención de descubrir unos supuestos mensajes secretos.
Ya saben que la música es amor en busca de palabras
En principio mensajes sin sentido, de hecho la mayoría de ellos son producto de la casualidad fonética. Algo parecido a lo que ocurre la psicofonía o a la pareidolia.
Dos fenómenos psicológicos bien conocidos.
Lo que no impidió, que a comienzos de los años ochenta, algunos dieran a esos murmullos confusos un significado satánico. Como lo leen.
Se trataban de grupos religiosos fundamentalistas estadounidenses, que creían reconocer en dichos rumores musicales voces diabólicas. Que ya es reconocer.
Claro que ellos estaban convencidos de que este tipo de música era obra del diablo. Así que, no les debía resultar tan difícil la asociación.
Incluso recuerdo algunos de los temas de los que me dijeron que tenían dichos mensajes. Yo les he de confesar que nunca los oí. Ni yo, ni nadie que conozca.
No debemos olvidar que hace falta un dispositivo especial para poder escuchar un disco al revés. Uno que no está al alcance de cualquiera. Pero dejemos ese inconveniente técnico y veamos algunas de esas canciones.
Mensajes ocultos
Por ejemplo, en el tema Shoo Be Doo (1979) del grupo de rock The Cars, hay una frase que recuerda el nombre de Satán si se hace girar el disco hacia atrás. Otro supuesto mensaje oculto puede encontrarse en el estribillo de la canción Another One Bites the Dust (1988) de Queen. Oído al revés suena algo así como “lt's fun to smoke marihuana” (es divertido fumar marihuana). O como dijo aquél, la música es metafísica hecha sensible.
Claro que tampoco faltan los casos que son, en realidad, efectos creados en el estudio de grabación por los propios músicos. Una pequeña falacia técnica-musical.
Uno muy elaborado, aunque se escucha con dificultad, es el del final del tema I am the Walrus incluido en el LP Magical Mistery Tour (1967) de The Beatles.
Reproducido al revés se oyen nueve versos de la obra El rey Lear, de William Shakespeare.
Y para ir acabando, dicen también que es posible oír la frase “Congratulations, you have just discovered the secret message” (Enhorabuena, acabas de descubrir el mensaje secreto), al final del fragmento instrumental de la canción Goodbye Blue Sky, en el álbum doble The Wall (1979) de Pink Floyd.
En fin. Si averiguan algo, ya saben. Me escriben contándomelo.
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