Por un evidente y subjetivo sentido de oportunidad temporal y por unos, más que evidentes y objetivos méritos propios, viene a estos enrocados predios el sabio, filósofo analítico y uno de los científicos más citados, Mario Bunge (Buenos Aires, 1919).
El primero de los motivos ya se lo imaginan. Es la reciente publicación del libro ‘Las pseudociencias, ¡vaya timo!’ comentado en una entrada anterior. De la segunda razón, el propio Bunge, paso a ocuparme a continuación.
A sus 93 años, la trayectoria personal, académica y profesional de este hombre genial, admite muy pocos parangones. Para que se hagan una idea les hago una breve reseña.
Doctorado en ciencias físico-matemáticas en la Universidad de la Plata, ha impartido física teórica y filosofía en Argentina, México, Estados Unidos, Alemania y Canadá donde se instaló definitivamente en Montreal y donde obtuvo la cátedra Frothingam de Lógica y Metafísica de la Universidad McGill.
Su carrera académica está jalonada entre otros reconocimientos, con 16 doctorados Honoris causa y el premio Príncipe de Asturias de Humanidades en 1982.
Autor de más de medio centenar (50) libros, entre ellos los ocho volúmenes de su ´Tratado de Filosofía´, Bunge se nos muestra como uno de los filósofos de la ciencia más reconocidos en todo el mundo, a la par que un auténtico azote de las supercherías.
Un desmitificador intelectual, no siempre pacífico por cierto, de todas aquellas corrientes del capcioso devenir humano que son las pseudociencias, y que no pueden ser verificadas con el magisterio de la ciencia.
No en vano, en 1991, Bunge alentó la fundación del Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP). Todo un referente en la lucha contra el fraude pseudocientífico.
Y a modo de prueba de los que les digo aporto un detalle. Como ustedes bien saben, en la comunidad científica, la cita es un elemento clave para la difusión y convalidación de los hallazgos.
Pues bien, si buscamos al científico nativo en español más citado de los dos últimos siglos, según el exhaustivo Hall of Fame hecho público recientemente por la Association for the Advancement of Science, el primero que encontramos de una lista encabezada por Bertrand Russell, Charles Darwin y Albert Einstein es, al también filósofo escéptico y apasionado racionalista, el porteño universal, Mario Bunge.
Ocupa el puesto 113 en esta lista de "los científicos más famosos de los últimos 200 años". Por desgracia ningún español aparece entre los 200 primeros. Habrá que esforzarse.
2 comentarios :
Veo que has puesto cuatro puntos fundamentales acerca de la ciencia con unos videos muy educativos de acuerdo a cada tema gracias a ti tenemos mas informacion.
Muy bien
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