miércoles, 1 de julio de 2015

Segundo intercalar o bisiesto

(Continuación) Y como consecuencia de este girar planetario más lento, se producen desfases entre lo que dura un segundo como unidad de tiempo astronómico (inestable) y lo que dura medido a partir del tiempo atómico (más preciso).

Un problema que no se debe obviar y que obliga a determinados ajustes destinados a mantener la concordancia entre ambos tiempos: el nuclear y el solar medio. Y uno de esos ajustes es el de añadir ese segundo intercalar cada cuatro (4) años.

De ahí que también se le llame segundo bisiesto, aunque no siempre se realice con esa regularidad, ni sea ésa la única alternativa posible para sincronizar ambos tiempos: el UTC (Tiempo Universal Coordinado) y el GMT (Tiempo Medio de Greenwich).

Un segundo extra, en cualquier caso, dispuesto para recuperar el alineamiento entre el sistema basado en los relojes atómicos y lo que hace el Sol respecto a la Tierra. Un segundo de más que en teoría se añade en el último instante de día 30 de junio pero que, en realidad, nos afecta el 1 julio.

ROA
Es decir, hoy. Y la razón seguro que la sabe. Se debe agregar a las 00:00 h UTC, pero como estamos en España y con el horario de verano, lo cierto es que se hizo a las 02:00 h en la Península y la 01:00 h. en Canarias. Y es que la península tiene una UTC +2. De ahí el retraso.

Así que hoy 1 de julio será un día excepcionalmente largo, pues durará 86 401 segundos, en lugar de los 86 400 habituales, gracias a ese segundo de más que, aquí en España se realizó muy cerca de donde escribo.

Un lugar que conozco bien. El Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA) en San Fernando (Cádiz). El observatorio astronómico más antiguo de España y responsable oficial de la hora legal española.

Una delicada misión para cuya realización cuenta con media docena de relojes atómicos, también llamados de haz de Cesio, y que son los más precisos que tenemos en España.

Tras lo dicho no es de extrañar que sea este observatorio, el encargado a nivel nacional de añadir ese segundo a nuestros relojes para sincronizarlos con el Sol. Un proceso dependiente del laboratorio de la Sección de la Hora, que está totalmente automatizado.

Trato de decirles que el cambio tuvo lugar esta madrugada, en la más absoluta de las soledades. Sin nadie presente, de las diez personas que conforman el equipo. Tal es la seguridad que tienen, de que se producirá sin fallo.

Y una vez añadido, resuelto el desajuste.

¿Por qué hay que añadirlo?: Ralentización de la rotación de la Tierra
Un desajuste motivado porque la esfera terráquea gira cada vez más lentamente sobre su eje, de modo que de forma gradual, el día solar se va alargando. Desde hace mucho tiempo, el día solar medio no dura veinticuatro horas de sesenta minutos de sesenta segundos, o lo que es lo mismo ochenta y seis mil cuatrocientos segundos.

No. Dura un poco más. Se estima que un promedio de un par de milésimas de segundo.

Lo que hace que el valor del segundo como unidad de tiempo, basado en mediciones de esa rotación terráquea, no sea tan estable ni tan preciso como el basado en las mediciones atómicas, que es la base del tiempo del reloj del ordenador, del que llevamos en la muñeca, etcétera. Con el que vivimos vamos.

Y les decía más arriba que se trata de un desfase temporal que no se puede obviar, aunque comprendo que un lapso de tiempo de milésimas de segundo al día, dicho así, no parezca que sea como para tenerlo en cuenta, ni preocupante. No. Visto así no lo parece.

Pero claro, en esta vida las cosas no son como parecen. No. Es más. Por lo general, son una cuestión de medida, como nos dijo el poeta. Y además todo depende, como nos dice el músico: “depende ¿de qué depende? / de según como se mire, todo depende”.

Así que estamos ante una cuestión de medida y de mirada.




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