jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Por qué nos pitan los oídos? (y 3)


(Continuación) De que este pitido objetivo puede ser valorado por un agente externo al paciente nos da una idea el hecho de que, a veces, el examinador puede incluso ver el movimiento vibratorio de la membrana timpánica que lo origina.

También conocida con el nombre de tímpano, esta delgada película de tejido conectivo separa el oído externo del oído medio y comienza a vibrar cuando las ondas sonoras le alcanzan.

Vibraciones que son transferidas a los huesecillos en el oído medio, que las hacen llegar a su vez hasta el oído interno. Ése es el mecanismo.


Algo acerca de la física del acúfeno
Es decir, que todo empieza con las vibraciones de un material elástico. Es un hecho conocido que cuando en un medio elástico, como aire, agua, acero, huesos, se produce una deformación, ésta no queda localizada en el lugar deformado, sino que se propaga por el medio.

En términos físicos diríamos que, merced a esa elasticidad del medio, la energía comunicada por la deformación se transmite a los diferentes puntos del medio. A este tipo de deformación se le llama perturbación.

Se trata de una forma de transmisión de energía, también de cantidad de movimiento o momento lineal (p), que aún circulando por la materia, en realidad no es transportada por ella, ya que no existe un transporte neto de ésta.

A estos especiales fenómenos que experimenta la materia lo denominamos ondas o movimientos ondulatorios, y pueden ser interpretados mediante un modelo llamado modelo ondulatorio.

Si se analizan algunos de estos movimientos, además del ya citado sonido, y como pueden ser: un terremoto, las microondas, las olas en el agua, las vibraciones en una cuerda, el radar, las emisiones de radio y TV, los rayos gamma, los rayos X, la luz visible, los rayos infrarrojos IR, los rayos ultravioleta UV, etcétera, si se analizan les decía, observaremos que no se refieren al movimiento de un solo cuerpo.

Si hay partículas moviéndose, no es una sola sino muchas las que lo hacen. Existe por tanto una deslocalización espacial, que es uno de los rasgos diferenciales entre movimiento corpuscular y movimiento ondulatorio.

Un movimiento éste, de características diferentes, lo que le confiere unas propiedades que lo diferencian del movimiento de una partícula o cuerpo aislado.


Quizás habría que traer este tema a esta tribuna de divulgación. Tomo nota en la moleskine.

Por último recordarles que estamos hablando del sonido. Un fenómeno físico consistente en la propagación de ondas de presión, de naturaleza mecánica (necesitan un medio para propagarse), y que lo hace con velocidad constante (v = cte); es decir el sonido lleva un movimiento uniforme (MU).

Un cuerpo de conocimiento que ya ha sido enrocado en más de una ocasión.

Antes de la publicación de esta entrada, y a propósito de la anterior, un seguidor del blog me escribe preguntándome porqué le pitan los oídos al salir de una discoteca o después de un concierto.

Una más que interesante cuestión, al hilo de lo que estamos contando.

Bueno, pues ya tenemos tarea. Se lo he comentado en más de una ocasiones, con seguidores como ustedes, no hay dudas que todo es más fácil. Gracias.


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