Seguro que recuerda la “raruna” expresión de los tiempos bachilleres, cuando medio se estudiaban en la asignatura de Física y Química; unas “tierras raras” que estaban por la parte inferior de la tabla periódica colgada en la pared del laboratorio y de las que el profesor nos decía que ya la veríamos completa en otros cursos.
¿Sí?, ¿cae en ellas?, pues
si lo desea y no ha tenido la oportunidad de asistir a alguno, le ofrezco la
posibilidad de ampliar algo su conocimiento, empezando por deshacer un primer entuerto
con respecto a dichas tablas periódicas químicas.
Diferenciando tablas
En puridad en ellas
están, o bien los diecisiete (17) elementos químicos que las conforman: escandio
(Sc) e itrio (Y) en el grupo 3 más los quince (15) lantánidos, a
saber, lantano (La), cerio (Ce), praseodimio (Pr), neodimio (Nd), promecio (Pm),
samario (Sm), europio (Eu), gadolinio (Gd), terbio (Tb), disprosio (Dy), holmio
(Ho), erbio (Er), tulio (Tm), iterbio (Yb) y lutecio (Lu). Como ve no se
considera que formen parte de ellas la serie de los actínidos.
O si lo prefiere las 17 sustancias simples, en este caso metales, cuyas fórmulas ocupan las posiciones 21, 39 y de la 57 a la 71 de la correspondiente tabla. Y es que no es lo mismo un elemento químico que una sustancia simple, un símbolo que una fórmula, las propiedades atómicas de los elementos que las propiedades físico-químicas de las sustancias simples.
Ni, por tanto, una tabla periódica de elementos
químicos (TPEQ) que otra tabla periódica de (algunas) sustancias
simples químicas (TPSQ).
Ya, lo sé, a usted le enseñaron las dos juntas pero sin diferenciarlas ni indicarle que en realidad son dos que tienen que ver entre sí pero no hasta ese punto; no obstante, ese es otro entuerto que habrá que dejar para mejor ocasión, ahora voy por el segundo de ellos, ¿por qué se las llama así? si no son ni tierras ni raras ni escasas.
¿Por qué se las llama así?
En realidad, todo deriva
de dónde y cómo se descubrieron pues se obtenían de un mineral contenido
en unas tierras (rocas naturales) de las que resultaban muy
difícil de extraer, y de ahí lo de raras.
Estaban presentes en
ellas como óxidos, silicatos o fosfatos unos materiales que los antiguos químicos
conocían como “tierras raras” por dicha dificultad de extracción, así que a ellos
los llamaron igual; una decisión que con el tiempo se mostró una mala elección por
el confusionismo que generaba desde el punto de vista químico.
Le hablo de
una desafortunada y arcaica expresión heredada, aunque vigente por desgracia, dado
que tampoco son “raras” en el sentido de infrecuentes o escasas en la corteza
terrestre, por ponerle unos ejemplos. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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