‘La evolución del hombre’, 1879
Pasa por ser el primer “árbol de la vida”, al relacionar la diversidad biológica en la Tierra mediante ramas que derivan de un tronco común, y su autor fue el naturalista alemán Ernst Haeckel (1834-1919) que lo incluye en su libro ‘Anthropogenie’. Es más que evidente que la progresión evolutiva que refleja la imagen del árbol, es buena muestra de la sintonía de su autor con las ideas darwinistas de donde bebe.
Sin embargo, siempre hay un pero, no son pocos los que se muestran críticos con él.
No hay más que mirar para darse cuenta qué o quién está en la parte superior del árbol. En efecto. La ocupan los mamíferos en general y el hombre, el ser humano, en particular.
¿Quiere con ello dar a entender que son, que somos, los organismos más evolucionados?
Eso es lo que dicen que ven, aquellos que no sólo lo miran. Una especulación nada clara, para más de uno. Puede ser, pero a saber. Incluso le acepto, si usted quiere, que es tan solo un detalle en el contexto en que estamos.
De acuerdo. Pero es que el diablo, sabido es, se alimenta precisamente de detalles.
Sin ir muy lejos, me viene a la memoria que la ideología nazi utilizó dicho razonamiento, como base pseudocientífica para justificar el exterminio de las razas inferiores. No le digo más. Pero ya ve por donde iba, con lo de los detalles y el diablo.
Naturalmente, la fuente de Haeckel a la que me refería antes está en el árbol de la vida, descrito por Charles Darwin (1809-1892) en ‘El origen de las especies’ (1859).
Clima y sentimientos, 2011
Se trata de una idea bastante curiosa. En el gráfico se comparan los datos de los registros meteorológicos reales, con los sentimientos que las personas han manifestado en las redes sociales. En concreto la comparación se ha llevado a cabo entre la meteorología del pasado 2011 y más de setecientos mil (700 000) mensajes recopilados por los medios sociales. Una especie de vínculo entre sentimientos humanos y clima planetario.
Otra forma de expresar conceptos científicos algo abstractos, mediante imágenes inspiradoras. Una visualización interactiva bastante vanguardista. Una señal de la belleza y el poder de comunicación que se puede visualizar mediante los datos científicos.
Similitudes genéticas entre animales, 2014
Los veinticinco (25) círculos que tiene ante sus ojos, es otra muestra de cómo se pueden unir de forma creativa Arte, Ciencia y Comunicación.Realizada por el artista Martin Krzywinski, la ilustración nos ofrece una representación colorida de las complejas características genéticas. Pero no de unas cualesquiera, no. Nos ofrece la comparación del genoma humano con los de otros animales. Ciencia de primera línea.
Los círculos ilustran las similitudes genéticas entre humanos y chimpancés, perros, zarigüeyas, ornitorrincos y pollos ¿Qué me dice? ¿Es imaginativo o no?
Hermosa ciencia. Prueba de cómo los avances científicos y tecnológicos moldean nuestra manera de visualizar la información.
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