Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional dependiente del Instituto Geográfico Nacional que pertenece al Ministerio de Fomento, el verano de 2014 comenzará mañana sábado 21 de junio, a las 12 h 51 m hora oficial peninsular, las 11 h 51 m en Canarias.
Será su comienzo astronómico que tendrá lugar con el solsticio de verano. Hablamos de una estación que durará noventa y tres (93) días y quince (15) horas, y terminará el 23 de septiembre con el comienzo del otoño.
Es lo que suele durar un verano. Exactamente lo que tarda en llegar el otoño.
Una fecha de inicio, la del 21, que no es siempre la misma. A lo largo de este siglo XXI podrá suceder hasta en tres diferentes. La más tempranera, el 20, tendrá lugar en las postrimerías del siglo, en el año 2096. Y la más tardía ya ocurrió, pues fue en el 2003.
Como ya hemos enrocado, estas variaciones obedecen a la necesidad de ajustar la duración de los años calendarios (los hay bisiestos) con la de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol, año trópico.
Mirando al cielo: planetas y satélite
De la visibilidad de los planetas comentarles que en los cielos matutinos podremos ver a Marte y Saturno tras la puesta de Sol. Dos planetas que se irán acercando el uno al otro, hasta alcanzar el 27 de agosto una distancia mínima de unos cuatro grados (4 º). A Venus lo observaremos antes del amanecer, y a mediados de la estación se le unirá Júpiter, alcanzando ambos una aproximación máxima relativa de, algo menos de, un grado (1 º).
Por lo dicho ya sabe que, como luceros vespertinos tendremos a Marte y Saturno y, como luceros matutinos, a Venus y, a partir de agosto, a Júpiter.
Y a nuestro satélite lo veremos en tres ocasiones como Luna llena durante el estío. La primera el 12 de julio y las siguientes entre 29 o 30 días después. Volveremos a tener plenilunio el 10 de agosto y el 9 de septiembre.
Otras observaciones: eclipses, meteoros y constelaciones
Respecto a los primeros fenómenos, comentarles que a lo largo de este verano de 2014 no se producirán eclipses, ni de Sol ni de Luna. Sin necesidad de telescopio alguno, podremos observar las lluvias de meteoros que se producirán de forma ocasional.
Las dos más intensas son las delta Acuáridas, cuyo máximo ritmo se dará alrededor del 30 de julio, y la más famosa del verano, la de Las Perseidas, cuyo máximo tendrá lugar sobre el 12 de agosto. Este año su observación se verá limitada por coincidir con la Luna, en fase próxima a la llena. Un inconveniente lumínico.
Y claro está, podremos ver esas agrupaciones ficticias de estrellas que conocemos como constelaciones.
Alrededor de la Estrella Polar se verán, a lo largo de la noche, a Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas. Y en el sentido de giro de Este a Sur a Oeste a Pegaso, el Águila, Corona Boreal y Cabellera de Berenice.
Por último, cerca del horizonte, estarán algunas de las constelaciones zodiacales: de la Virgen a Acuario, ésta ya cerca del amanecer. Entre las estrellas más brillantes visibles en esta época destacan las que constituyen el "triángulo del verano": Altair (en el Aguila), Deneb (en el Cisne) y Vega (en la Lira).
Acerca de la observación nocturna
Para una mejor observación en el cielo de algún fenómeno astronómico de interés, bien sea de los predichos (eclipses) o no (nuevos cometas), y para cualquier época del año, deberemos escoger, preferiblemente, fechas cercanas a la Luna Nueva o Novilunio, que este verano caerán en 27 de junio, 26 de julio y 25 de agosto. (Continuará)
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