Vuelvo de nuevo a lo mismo.
En tiempos de austeridad y minima moralia, este recipiente lírico reúne no pocas ventajas.
La economía de medios del tuit, la sentenciosa rotundidad del aforismo y la proverbial sabiduría del refrán.
Lo que no es poco.
Niños mojados
la escuela no enseña
a oír la música de lluvia.
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