Nicanor Parra, científico y poeta

El pasado 23 de abril recibía el Premio Cervantes de Literatura de 2011, el poeta chileno Nicanor Parra (1914), “por toda una vida dedicado a la poesía”.

Un poeta, quizás el mayor de los vivos de las literaturas hispánicas, y a quien el crítico estadounidense Harold Bloom considera “incuestionablemente uno de los mejores de Occidente y un poeta esencial de las Tierras del Crepúsculo”. Es más que probable.

Un poeta que postula una poesía de la claridad, la rotundidad y la ironía. Escribir como se habla.

Y es que en sus versos está viva la gestualidad de las palabras. Cómo si no, entender su idea sobre la poesía:

¿Qué es poesía?

Un enigma que se niega a ser descifrado x por los profesores 

Un poco de verdad y una aspirina Todo lo que se mueve es poesía 

Poesía eres tú.

Claro que antes, Parra fue un “antiguo poeta romántico”. Y a veces, la ternura desesperada del fin del mundo aflora en sus renglones. Se nota cuando nos cuenta:

La madre de un hombre está gravemente enferma. 

Parte en busca del médico. 

Llora.  

En la calle ve a su mujer acompañada de otro hombre. 

Van tomados de la mano. 

Los sigue a corta distancia. 

De árbol en árbol. 

Llora…

Creador de la antipoesía 

Poeta o antipoeta. Porque no olvidemos que para muchos, Parra, es el creador de la corriente posmoderna conocida como 'antipoesía'. 

Es su aportación a la estética vanguardista. Cuando sobresale la frescura insolente del rebelde, la anarquía del burlón:

¿Qué es antipoesía?

¿Un temporal en una taza de té? 

¿Una mancha de nieve en una roca? 

¿Un espejo que dice la verdad? 

¿Antipoesía eres tú?

Siempre, de una forma u otra, su verdad a modo de derrame accidental de preguntas falaces, se nos muestra clara y precisa. Casi científica.

Es como si parafraseara con ella a Ortega y Gasset, el pensador español que nos recuerda que la claridad es la cortesía de los filósofos. Como dicen que la puntualidad lo es de los reyes.

Aunque tampoco está ausente en sus escritos el escepticismo.

Ese que estima que una voz más potente que otra, sea bronca, asmática o sibilina, no es necesariamente más alta, justa o verdadera.

O el que trasciende de otra frase suya: “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”.

Bueno pues volviendo al galardón, el de este año ha reunido una serie de circunstancias excepcionales, motivo por el que es enrocado.

Les traigo hasta una manita de ellas.