domingo, 31 de julio de 2011

La chica que soñaba con una cerilla y un galón de gasolina


(Continuación) Me refiero, ya se lo habrá imaginado, a la novela de Stieg Larsson (1954-2004) que lleva por título La chica que soñaba con una cerilla y un galón de gasolina, publicada hace un par de años.

Es el segundo tomo de una trilogía que arrancó con Los hombres que no amaban a las mujeres y cerró con La reina en el palacio de las corrientes de aire.

Unos libros, y un autor, sobre los que han caído las críticas más duras de parte, precisamente, de quienes se tienen por cultos e ilustrados.

Y aunque no he leído absolutamente nada de este periodista y escritor sueco, sí les voy a dar mi opinión sobre este tema. El de las críticas.


Como bien saben de esta trilogía se ha dicho de todo. Y casi nada bueno.

Desde que su autor murió prematuramente, sin haber saboreado la dulce borrachera del éxito. Hasta que se han logrado vender millones de ejemplares, sólo gracias a una hábil campaña publicitaria.

Pasando por la afirmación de que son obras de usar y tirar. De entretenimiento inocuo y destinadas a homogeneizar el gusto de las masas.

Yo, qué quieren que les diga. Ya les he confesado mi ignorancia en particular, por lo que no digo ni mus.

Sin embargo, en general, sobre este tipo de situaciones sí tengo algo que decir.

Mi opinión
Lo primero es que cada lector tiene el derecho a escoger o rechazar, introducir o defenestrar los libros que le vengan en gana. Faltaría más.

Y que lo inteligente y sensato es acudir a los libros con el espíritu abierto y el ánimo despejado. Sin prejuicios ni poses intelectuales.

Lo segundo es que, no encuentro nada más lamentable e irracional que esos prejuicios en torno a una obra, por el mero hecho de estar en las listas de las más vendidas.

O por estar inscritas en subgéneros narrativos, considerados por algunos como menores. Que a saber quién decide eso.

En un principio no entiendo qué tienen que ver una cosa y otra. De dónde causa y efecto. Pero en fin. Allá cada uno con su inteligencia.

Otra opinión
No quisiera acabar este punto de vista sin intentar equilibrar, algo más, esta balanza literaria. Quiero recordar algo que escribió Mario Vargas Llosa (1936), en un artículo sobre los libros de Larsson.

En él afirma que no siente ninguna vergüenza en reconocer que son fantásticos. Bueno pues si lo dice él. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Como saben, el novelista y ensayista peruano de nacimiento y nacionalizado español, entre otros muchos reconocimientos literarios cuenta con el Premio Nobel en Literatura de 2010, “por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota”.

Se lo digo por si tienen a bien considerarlo.

Post data
Por la sinopsis sé que en el libro La chica que soñaba con… el autor emprende una cruzada contra esos hombres que odian a las mujeres. Un odio que les lleva a golpearlas, torturarlas y matarlas por el solo hecho de serlo.

Pero no se conforma con presentarlos como malevos malvados sin fisuras, sino que los desnuda revelando sus motivos secretos, sus carencias y sus apetencias inconfesables.

Una forma más de denuncia contra la violencia. Otra campaña más. Contra cualquier tipo. (Continuará)


2 comentarios :

Anónimo dijo...

No es galon es bidon y este blog presuntamenmte es de ciencia

Silvia dijo...

Yo he visto escrito galon. Aunque a lo mejor es de las dos maneras.