¿Cómo se orientan los animales? (I)

No hace mucho me lo preguntaban para el programa de radio, a propósito de una entrada que hicimos sobre el GPS como sistema de orientación.

¿Cómo se orientan las aves en sus migraciones? ¿Cuál es la explicación científica?

Por decirlo en términos tecnológicos actuales, ¿dónde tienen las aves su particular “GPS”?

Pues bien, empezando por el principio como debe ser, lo cierto es que los animales utilizan distintos indicadores que les ofrece la naturaleza. O lo que es lo mismo.

Sus “GPS internos” utilizan diferentes métodos de orientación físico-químicos.

Entre ellos se encuentran: las estrellas, el campo magnético terrestre, ciertos marcadores geográficos, los olores y otros más.

Tortugas y palomas mensajeras

Sabemos de unas cincuenta (50) especies de animales, que van de aves hasta insectos pasando por reptiles, que utilizan el campo magnético terrestre para sus desplazamientos cotidianos y migratorios.

Es el caso de las tortugas, para las que varios estudios confirman lo que ya se sospechaba.

De alguna manera utilizan el débil campo magnético terrestre para orientarse.

El experimento fue sencillo pero significativo. Capturaron un grupo de estos animales en Florida y los dividieron en dos subgrupos.

A uno le dejaron seguir su camino sin más, fue el grupo de control, y al resto le incorporaron un dispositivo electromagnético que alteraba su percepción magnética.

Pudieron comprobar que mientras las primeras nadaron en el sentido correcto, las segundas no. Creo recordar, perdonen les cito de memoria, lo hicieron justo en el sentido opuesto.

Otros de los animales que parecen utilizar el campo magnético terrestre son las palomas mensajeras.

Unos animales capaces de volver a casa solos, gracias a unas sustancias magnéticas que se encuentran en sus cerebros y que actúan como brújulas.

Es así también como se orientan en desplazamientos largos y cuando las condiciones de visibilidad son escasas. Bien, pero, ¿cómo funciona este mecanismo natural?

En busca de una explicación científica

Las últimas investigaciones realizadas con aves migratorias nos han mostrado que éstas tienen un compuesto de proteínas en sus retinas, que es lo que actúa como brújula.

Una especie, por tanto, de brújula fotomagnética.

Descubrieron que cuando se las ilumina con la luz típica del anochecer, una molécula llamada CPF por sus siglas, sufre una reacción química transformándose en otro compuesto.

Un compuesto sensible a la magnitud y la dirección de un campo magnético muy, muy, débil como por ejemplo el de la Tierra. (Continuará)