(Continuación) Todos sabemos que el agua va más rápida sobre las piedras que sobre la arena, que se opone mucho más a su avance.
De pequeño lo comprobábamos cuando hacíamos castillos de arena en la playa, con sus canales de agua.
Con desesperación veíamos cómo el agua apenas circulaba por ellos y se secaban al momento. O sea que la dependencia de la intensidad con la resistencia es inversa.
Pájaros que dicen pío
Pues igual ocurre con los electrones, que circulan mucho mejor sobre los metales que a través de cualquier otro material.
Como, por ejemplo, puede ser las patas de las aves, cuya resistencia al paso de la corriente eléctrica es mucho, mucho, mayor que la resistencia del cable.
Como, por ejemplo, puede ser las patas de las aves, cuya resistencia al paso de la corriente eléctrica es mucho, mucho, mayor que la resistencia del cable.
Luego cuando un pájaro posa sus dos patas sobre un cable, la corriente que circula por él al llegar a la primera de las patas, tiene dos caminos por los que seguir: el cable (B) y la pata (A).
Y como el agua, o nosotros mismos, los electrones siempre escogen el camino que menos resistencia le ofrezca. Es la Ley de la Economía del Universo, que en más de una ocasión les he referido.
Lógicamente, el número de electrones que se vayan por cada camino, o sea la intensidad que derive por cada rama será inversamente proporcional a la resistencia que ofrezcan.
A mayor resistencia del camino, menor intensidad derivará por él.
Y dado que la del cable es mucho, mucho, menor, prácticamente toda corriente seguirá por el cable, ignorando el otro camino, ya que éste le ofrece mayor dificultad seguirlo. Es, de nuevo, la ley de la economía.
Por eso los pájaros no se electrocutan. Sencillamente la corriente no circula por ellos, dada la gran resistencia que sus patas ofrecen a dicho paso, en comparación con la del cable.
Pero no porque éstas sean aislantes.
Paro el razonamiento para hacer un inciso docente. Disculpen esta deformación profesional. Ya saben que me estoy haciendo viejo. La explicación cuantitativa de la dependencia entre intensidad, voltaje y resistencia nos la da la ecuación de la Ley de Ohm.
Seguro que la recuerda: la intensidad es igual al voltaje dividido entre la resistencia, I = V/R. Para completar este apunte eléctrico añadir que la intensidad se mide en amperios, el voltaje en voltios y la resistencia en ohmios.
Tres nombres de unidades que derivan de los apellidos de destacados científicos: Ampere, Volta y Ohm y en cuyo honor se le impusieron.
Bien, volvemos a la explicación. Les decía que era una buena explicación pero, ahora, les digo que no es única.
Antes apuntábamos que la causa de la corriente también depende la diferencia de altura, en el caso del agua, o del potencial en el caso de la corriente eléctrica.
Aunque el camino sea muy resistente, si la diferencia es lo suficientemente grande podría vencer dicha resistencia. Es lo que hacíamos en la playa, cavando cada vez más hondo el canal y aumentando así el desnivel. Lo recuerdan, ¿verdad?
Afortunadamente para las aves, la ddp entre dos puntos de un cable eléctrico depende de la distancia que haya entre ellos. Distancia que en su caso, es la que separa ambas patitas.
Demasiado pequeña como para que la ddp que origine, posibilite una circulación eléctrica a través de los pájaros.
No, los pájaros con sus dos patitas sobre un cable no corren ningún peligro eléctrico. Son pájaros que dicen pío, pío. Otra cosa sería si …
Pájaros que no dicen ni pío
Por desgracia estos pájaros tocaran el cable al mismo tiempo que otro objeto que esté a diferente potencial. Por ejemplo el otro cable del tendido, el poste donde está sostenido, el suelo, etcétera.
En este caso la diferencia de potencial sería lo suficientemente elevada como para que la intensidad que circulara por su cuerpo lo pueda electrocutar. Serían unos pájaros que ya no dirían ni pío.
Es decir que el peligro no proviene de estar a un potencial elevado, por ejemplo 300 000 V, sino de someterse a una diferencia de potencial elevada.
Lo peligroso no es estar subido a un bloque de 30 plantas de altura, sino el saltar de su azotea, sometiéndose a una diferencia de altura de 90 m. Ahí está peligro.
De ahí que diferentes organizaciones interesadas por los animales, exijan que los cables de tendidos de alta tensión estén lo suficientemente separados.
La razón es para que las aves con gran envergadura de alas no puedan tocar, simultáneamente, los dos cables cuando las despliegan.
Un contacto con el consiguiente peligro de muerte por electrocución.
Otro peligro menos letal, pero no por ello menos importante, es el que se produce cuando las aves, en sus vuelos, se golpean con dichos cables.
Y aunque por lo general no suelen ser mortales, ponen sobre la palestra un tema que no es menor en estos tiempos que corren. Me refiero al impacto ambiental que origina el transporte de la energía eléctrica.
Impacto ambiental en el transporte de la energía eléctrica
El transporte y distribución de la energía eléctrica, mediante líneas de alta tensión en superficie, afecta al medio desde diferentes puntos de vista.
Sin ánimo de agotar el tema, lo dejaremos para mejor ocasión, aquí les expongo un muestrario de su negativa influencia:
1.- Impacto estético de las torres
2.- Limitación en la explotación del terreno situado bajo las líneas
3.- Impacto negativo sobre ciertas aves (por electrocución) y especies arbóreas.
4.- Supuesto peligro derivado de la proximidad a las ciudades, de las redes de alta tensión y el campo electromagnético que éstas generan. Algo no probado hasta ahora, aunque se investiga.
La solución aportada de enterrar los cables, como se hace en muchas ciudades, no resulta adecuada en este caso.
Ni por seguridad, ni por economía. Los campos electromagnéticos se propagan casi con la misma intensidad por tierra que por aire. Y el coste de una línea enterrada es diez (10) o veinte (20) veces superior al de una aérea. Así que.
1 comentario :
Eso es así: se posan en el tendido eléctrico y la corriente de miles de voltios no les afecta. no se electrocutan. Pero… ¿por qué?
Para entender el fenómeno debemos entender el comportamiento del flujo de electrones que conforma la corriente eléctrica.
La corriente circula entre dos puntos entre los que existe una diferencia de potencial y la intensidad con que lo hace depende de esa diferencia de potencial y de la resistencia que ofrezca el camino.
Los hilos de cobre o de otro metal son mucho mejores conductores que el cuerpo humano o el cuerpo de las aves, así que si la corriente de electrones puede escoger el camino, elegirá siempre el que le ofrezca menor resistencia. Esa es la razón de que los aparatos eléctricos dispongan de un cable para hacer tierra: si se produce una sobretensión o una descarga fortuita, el flujo de electrones elegirá antes el cable que el cuerpo humano.
En el caso que nos ocupa, los puntos en los que están apoyadas las patitas de los pájaros están tan próximos que la diferencia de potencial entre ellos es ínfima. Y por otro lado la resistencia a la conducción del cuerpo del pájaro es muchísimo mayor que la que ofrece ese minúsculo trozo de cable.
Por lo tanto la corriente eléctrica circulará por el cable y apenas una minúscula parte derivará por el cuerpo del pájaro, que no notará ningún efecto.
Otra cosa sería que hiciera contacto con otro cable de alta tensión o que rozara el cable de sujección del poste a tierra. En tal caso se electrocutaría.
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