Así como los vencejos vuelven cada primavera a anidar frente a mi casa, la supuesta naturaleza divina del lienzo que se custodia en la catedral del Turín, conocido como Sábana Santa, se vuelve a hacer un hueco en las redacciones de determinados medios de comunicación.
Un redivivo ejemplo de la relación causa-efecto, que en este caso suele venir de la mano de un innoble interés crematístico. Un afán de notoriedad.
O de una publicidad pagada para la venta de un libro, una revista, un objeto de arte o un programa de TV. Lo que sea.
O de una publicidad pagada para la venta de un libro, una revista, un objeto de arte o un programa de TV. Lo que sea.
No son más que el enésimo intento pseudocientífico de demostrar lo indemostrable. Que este lienzo es una prueba de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Y eso que desde que se tiene constancia de su existencia, va ya para siete siglos, que se dice pronto, todas las pruebas indican que fue hecha en el siglo XIV. Pues nada. Ellos como si nada.
Y a todo esto sin contar, con lo que al respecto tienen que decir las otras partes afectadas: Iglesia, Ciencia y Cristianismo. Curiosamente, y por separado, ellas coinciden.
Empezando por el principio
Para todos, Iglesia, ciencia y creyentes la Sábana Santa no es más que un icono. Una reproducción como otras muchas imágenes y objetos que tenemos. Pero no es una reliquia. No es un resto auténtico de Jesucristo.
Por personales razones de espacio y tiempo no realizaré un recorrido por toda la historia del Síndone. Más bien trataré de hacer, de un lado, un análisis científico de los datos aportados por los “sabanistas” y, de otro, un barrido por las opiniones que tienen distintos sectores de la sociedad.
Pero sin extenderme. Para que me entiendan, lo que les ofrezco es poco más que un prontuario sabanero. Lo advierto a efecto de no llamar a engaño.
Un lienzo de espiga de lino, tejido a la forma de sarga o "cola de pescado", de 430 centímetros de largo por 110 de ancho y que tiene impresa sólo sobre una de sus caras la impronta frontal y dorsal de un hombre en supuesto ‘rigor mortis’. Algo realmente pasmoso.
¿Qué opinión tiene la iglesia de ella? ¿Cuál es la verdad científica de este lienzo? ¿Qué papel juega en el cristianismo?
Resulta extraño que de este objeto, supuestamente la reliquia más importante de la cristiandad, no se supiera absolutamente nada durante 1.400 años. Casi nada, entre los siglos XVII y XX. Y sólo a finales del siglo XIX empezara a tener notoriedad cuando, unos autodenominados “sindonólogos”, se empeñaron en decir que este lienzo y no otro era el auténtico.
El auténtico entre las más de cuarenta sábanas santas que de Cristo pululan por el mundo. Porque ha de saber que hay contabilizadas casi cuatro docenas de ellas. Sorprendente, ¿verdad?
La opinión de la Iglesia ¿Qué opina la Iglesia de la SS?
De ningún modo la ha considerado un fundamento de la creencia cristiana. Jamás la ha tomado como una prueba de la verdad del cristianismo.
Ni por supuesto ha sido, en ningún momento, tratada como un dogma de fe. Es más, nunca ha explicitado que se trate de una reliquia o pieza original de Cristo.
Lo que sí ha permitido, propiciado y alimentado es su veneración. Pero como un icono más, de los muchos que tenemos en las iglesias.
Otra reproducción de la pasión de Jesús. Un espejo del Evangelio.
Y lo hace porque sabe que los creyentes, de lo que sea, necesitan (necesitamos) símbolos. Por eso, hasta el propio Juan Pablo II fomentó su visita.
Para la Iglesia, los descubrimientos de la ciencia en torno al lienzo de Turín no tienen nada que ver con la fe cristiana. Tan es así que llega a decir: "la "síndone no es una prueba, sino una invitación cristiana a rezar".
Más alto seguro que se puede decir, pero más claro quizás no.
Y lo dice así porque sabe. Sabe que -si bien la creencia popular atribuye la imagen del lienzo al cuerpo inerte de Jesús de Nazaret, después de haber sufrido la crucifixión- los Evangelios, sin embargo, no mencionan en absoluto la presencia del sudario con la imagen de Jesús grabada en él. En ninguno.
No se ha encontrado ningún testimonio histórico de su existencia anterior al año 650; y esto en el mejor de los casos.
Es inaudito que no se hable de un lienzo impreso milagrosamente en el Nuevo Testamento. Ni que los primeros cristianos lo mencionaran nunca.
No figura en los relatos de la resurrección, no lo mencionan tampoco ni los Hechos de los Apóstoles, ni las Epístolas. Cosa rara, porque son escritos donde se aprovecha cualquier posible testimonio de la divinidad de Jesús. Normal. (Continuará)
1 comentario :
Soy un creyente católico. La sábana santa no influye en mi fe católica. Es decir, si la sábana santa fuera falsa, no tendría efecto negativo en mi fe, pues el que tiene fe no necesita pruebas y el que no tiene fe, aunque tuviera la prueba, no la aceptaría. Habiendo aclarado esto, declare que estoy en una busqueda genuina sobre la sábana santa, para poder llegar a mis propios conclusiones sobre su veracidad o falsedad. Este artículo es un banquete para mi, porque me permite nutrirme y ver esta posición que declara la falsedad de la sábana y compararla con la posición de quienes dicec es verdadera. Voy a estar hacienda una serie de preguntas y contrastando los argumentos aquí expuestos, con los argumentos contrarios, para Yo poder sacar mis propias conclusiones desde el punto de vista racional y científico. Mi primera pregunta o comentario es que, a la aseveración de que en los evangelios no se habla de una sábana impresa con la imagen de Jesús, no es prueba de que no haya existido. De hecho, los católicos creemos en cosas que no está explícitamente en la biblia, como por ejemplo, el celibate de Jesús, que no está en la biblia y los católicos sí creemos que Jesús fue célibe. De igual manera, en los evangelios si mencionan que Jesús fue evuelto en una sábana y que le pusieron un sudario en la cabeza, e incluso el Evangelio de Juan menciona que cuando resucitó,Pedro y Juan vieron la sábana y el sudario en el sepulcro, pero no vieron a Jesús. Pues, para un católico, que no en la biblia no se haya sido explícito sobre la imagen en la sábana, no es un problema, ya que los católicos sabemos que el énfasis de los evangelistas era en Jesús y su obra y no esos detalles.
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