Los discípulos quedaron atónitos y, nerviosos, empezaron a murmurar. Hasta que Pedro, muy apesadumbrado se dirigió al Hijo de Dios: “Maestro, perdona,… pero no entendemos...”.
Jesús, mirándolos con amor les respondió: “Tranquilos, sólo es una parábola”.
No hay comentarios :
Publicar un comentario