En cierta ocasión, allá por los años treinta del siglo pasado, coincidieron en un acto Albert Einstein y Charles Chaplin “Charlot”. El físico le confesó al cómico:
- "Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le comprende y le admira".
A lo que el actor replicó:
- "Lo suyo es mucho más merecedor de respeto; todo el mundo le admira y prácticamente nadie le comprende".
Y no le faltaba razón. La réplica no debió caer en saco roto porque, años más tarde Einstein afirmaba durante una entrevista: “No has entendido realmente algo, hasta que no eres capaz de explicárselo a tu abuela”.
Quizás exagerara algo el físico de la invarianza, como a él le gustaba decir.
- "Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le comprende y le admira".
A lo que el actor replicó:
- "Lo suyo es mucho más merecedor de respeto; todo el mundo le admira y prácticamente nadie le comprende".
Y no le faltaba razón. La réplica no debió caer en saco roto porque, años más tarde Einstein afirmaba durante una entrevista: “No has entendido realmente algo, hasta que no eres capaz de explicárselo a tu abuela”.
Quizás exagerara algo el físico de la invarianza, como a él le gustaba decir.
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