El título es cualquier cosa menos baladí. Incide en un detalle que llama la atención:
¿Por qué el perro aparece con los ojos verdes en vez de rojo, como nos pasa a los humanos?
Empecemos por decir que también pasa con los gatos, con casi todos los animales domésticos y con otros, no tan domésticos, como los cocodrilos.
Además, que no siempre tienen ese color los ojos. Pueden ser incluso rojos. Veamos la razón.
¿Por qué el perro aparece con los ojos verdes en vez de rojo, como nos pasa a los humanos?
Empecemos por decir que también pasa con los gatos, con casi todos los animales domésticos y con otros, no tan domésticos, como los cocodrilos.
Además, que no siempre tienen ese color los ojos. Pueden ser incluso rojos. Veamos la razón.
La culpa fue del tapetum
El motivo de semejante colorido, en cualquiera de los casos, hemos de buscarla en la existencia de una capa reflectora llamada tapetum lucidum, que se encuentra detrás de la retina, en el fondo del globo ocular.
Como es reflectante, la luz pasa por la retina del animal dos veces, aumentando la cantidad de luz que recibe.
Una, vía directa, procedente del exterior y otra, en sentido opuesto, por reflexión desde el tapetum, siendo esta última la causante del color.
Como es reflectante, la luz pasa por la retina del animal dos veces, aumentando la cantidad de luz que recibe.
Una, vía directa, procedente del exterior y otra, en sentido opuesto, por reflexión desde el tapetum, siendo esta última la causante del color.
Según la tonalidad del pigmento, los ojos de los animales, al ser fotografiados con flash, pueden verse verdes, amarillos, etc. Aunque si son muy jóvenes, la mayoría de ellos los tienen azules.
Visión nocturna
La doble estimulación lumínica que experimenta la retina de estos animales, les permite ver en situaciones de poca luz, favoreciendo su visión nocturna. Aunque con un cierto desenfoque, al interferir la luz reflejada con la luz incidente. Nada es gratis en la naturaleza.
Por cierto, los gatos y perros de color claro, como el husky siberiano y el gato siamés, pueden carecer de pigmento en el tapetum y, por tanto, exhibir un reflejo idéntico al de los humanos. Una respuesta que propicia nuevas preguntas:
¿Por qué no tenemos visión nocturna?
Es lo que tiene la ciencia. Que nunca deja de preguntarse.
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