domingo, 27 de octubre de 2013

¿Por qué no nos regimos por el meridiano de Greenwich? (I)


Que España es diferente lo sabemos desde que allá por los años sesenta del siglo pasado, el por entonces Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, le pusiera cara al slogam ‘Spain is different’.

Un exitoso intento para atraer suecas a nuestras playas, digámoslo así. Y del que podemos decir que sí. Es posible que lo seamos, ¿por qué no? Esa no es la cuestión.

Lo mollar está en saber en qué y cuántos aspectos lo somos.

Dictatorial horario español
Por mero oportunismo temporal -hace tan solo unas horas que hemos retrasado en sesenta minutos, oficialmente, la manecilla minutera de nuestros relojes-, por mero oportunismo les decía, pongo negro sobre blanco este curioso asunto.

En la actualidad los relojes de España no marcan la hora que les corresponde por el huso horario al que pertenecen geográficamente. Que no es otro que el del meridiano de Greenwich.

Un desfase horario que se remonta a los bélicos tiempos de la Segunda Guerra Mundial. En concreto al 2 de mayo de 1942 cuando, en plena contienda, los países del meridiano decidieron acomodar su hora a la del huso central alemán.

Y así, Irlanda, Inglaterra, Portugal y España adelantaron en una hora sus relojes.


En principio la razón era de orden práctico. Se pretendía evitar, en la medida de lo posible, confusiones sobre el horario en el que se producirían los bombardeos o cualquier otro tipo de acción de guerra programada.

Fue un cambio de hora que todos deshicieron con el final de la contienda bélica. Bueno, todos no. Franco decidió mantener el adelanto durante la dictadura y, aunque llevamos ya décadas de democracia, éste ha permanecido entre nosotros desde entonces.

Más de setenta y un (71) años lo contemplan, a la vez que nos hacen compartir el mismo registro del tiempo de Francia o Alemania (GMT+1:00), en vez de la del huso del meridiano de Greenwich (GMT+0:00), que da las horas del Reino Unido, Portugal y Canarias.

Recordar que dicho meridiano pasa por Castellón, dejando prácticamente toda la península al oeste. Lo que provoca una diferencia entre usos y costumbres. (H)usos horarios y costumbres alimentarias.

Usos y costumbres
Por término medio los españoles comemos alrededor de la una y media y cenamos sobre las ocho y media, hora solar. Si bien los relojes oficiales marcan una hora más, las dos y media para el almuerzo y las nueve y media para la cena.

Es decir, las costumbres alimentarias en España no difieren tanto de las del resto de Europa. No son los españoles los diferentes al resto del mundo, sino sus relojes. O bien dicho, la hora de más que marcan. (Continuará)