(Continuación) Este año ha viajado en exclusiva a los EE. UU. por un estudio sobre cómo un bebé lactante reacciona al hecho de que su madre haya comido ajo antes de darle el pecho. Precedido de algunos estudios realizados con animales, que habían mostrado que los componentes de la dieta de las madres, se transmite a la leche y condiciona las preferencias alimentarias de las crías, en 1991 se plantearon este otro.
Estudiar en humanos el efecto de un alimento muy
aromático, como el ajo, para ver si modifica el olor de la leche y altera la
conducta de succión del lactante. Pensado y hecho. Y para ello utilizaron una muestra
de ocho (8) mujeres lactantes, con bebés entre 3 y 4 meses, que participaron en
dos sesiones de toma separadas por una semana.
‘Maternal Diet
Alters the Sensory Qualities of Human Milk and the Nursling’s Behavior’
Es el título del artículo publicado fruto de la investigación, algo así como “La dieta materna altera las cualidades sensoriales de la leche materna y el comportamiento del lactante” y que apareció en la revista Pediatrics 88: 737-744 (1991).
Según el mismo, en cada sesión y tras un periodo de
control dietético, las madres ingirieron de manera aleatoria, cápsulas bien con
extracto de ajo de 1,5 g o con placebo, tomándose muestras de leche antes y
hasta tres horas después de la ingesta que fueron evaluadas por un panel
sensorial entrenado en pruebas olfativas.
En paralelo se registraron diferentes factores del comportamiento
de los lactantes durante la lactancia: tiempo de succión, número de succiones,
número de tomas o volumen de leche ingerido. Y los resultados no ofrecieron dudas.
Resultados y conclusiones
De un lado, sensorialmente, se detectó un aumento significativo y consistente en la intensidad del olor de la leche tras el consumo de ajo, que apareció a las dos horas, con un valor máximo que luego disminuyó.
Y del otro, los lactantes permanecían más tiempo en
el pecho y realizaban más succiones, vamos que mamaban más, cuando la leche
tenía olor a ajo, aunque en la cantidad total de leche ingerida no se observó
ningún aumento significativo.
Para los autores la conclusión no podía ser otra que la de que la composición de la dieta materna puede modificar de manera perceptible las características sensoriales de la leche humana, influyendo en el comportamiento de succión de los bebés. Ni que decir tiene que este galardón forma parte del selectivo "club de la ingesta". (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.




1 comentario :
¿No continúa la serie de los Ig Nobel, 2025? Me gusta que vayan más seguidas en el tiempo las entradas relacionadas con un tema, facilita su lectura.
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