(Continuación)
Hace justo un lustro la ciencia -partiendo
de la idea ficticia del reno con hocico rojo y luminiscente, del cuento del publicista
Robert L. May publicado en 1939-, un
grupo de científicos holandeses y noruegos se puso manos a la obra para
explicar si esto podía ser así o no.
Y
ya saben que en lo que respecta al color los renos, y de manera natural, pueden
tener los hocicos con un tono rosado
pero que, en lo que corresponde al brillo,
de manera natural también, al menos por ahora no. Aunque conviene ser prudente, las ciencias avanzan una
barbaridad por lo que no debemos descartarla. Mejor será que vayamos por parte,
empezando con el hocico rosado.
Hocico
rosado. Una adaptación evolutiva
Por
supuesto que la hipótesis de partida
del grupo investigador fue la de asociar el color con las bajas temperaturas
imperantes en estas fechas navideñas y suponer que éste debería estar
relacionado con una mayor presencia de glóbulos
rojos, eritrocitos o hematíes en la nariz, con el fin de
evitar las indeseadas consecuencias fisiológicas del extremado frio ambiental.
Recordar
de los tiempos bachilleres, abro un escolar y breve inciso, que estas células rojas
de la sangre son las más numerosas, tiene forma redonda u ovalada y contienen hemoglobina encargándose de transportar
el oxígeno a todas las partes del cuerpo. Cierro inciso cultureta.
Vamos
que la particular tonalidad de la nariz de los renos, vuelvo la hocico, no es
más que una adaptación evolutiva a
su medio ambiente, como tantas otras por cierto.
Y para
validar la hipótesis el grupo de
científicos holandeses y noruegos, pertenecientes a las
Universidades de Rotterdam, Ámsterdam y Tromsø trabajó con una curiosa muestra formada
por ocho (8) animales, a saber: cinco (5) voluntarios humanos sanos, cuatro de
ellos hombres y una mujer no fumadores y sin enfermedades nasales en su
historial; una (1) persona con un pólipo nasal; y dos (2) renos adultos (Rangifer tarandus). Tal cual.
Y
lo que hicieron fue observar sus narices mediante un microscopio que grababa con
tecnología de vídeo, lo que ocurría en su interior y así confirmar su hipótesis
a partir de lo que se conoce como morfología
funcional comparativa de la microcirculación nasal en humanos y en renos.
De
los resultados se concluye que en efecto la nariz de los renos está repleta de glóbulos rojos y en ella la microcirculación nasal es muy elevada
debido a que cuenta con una alta densidad
de vasos sanguíneos, alrededor de un veinticinco por ciento (25%) superior
a la de la nariz humana.
A lo
que hay que unir la existencia de abundantes glándulas mucosas lo que les permiten a mantener siempre un clima
nasal óptimo a lo largo de las variables las condiciones meteorológicas algunas
de temperaturas extremadamente bajas.
British Medical Journal
Todo
ello apareció publicado en el número navideño de la revista BMJ de 2012 en el que sus autores,
quizás empapados del espíritu propio de esas fechas y subidos en el trineo
noelero concluyeron que en efecto se confirmaron las hipótesis de partida. (Continuará)
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