viernes, 2 de octubre de 2015

'Nature Geoscience' y los RSL (y 2)

(Continuación) Para Ojha y su equipo, los nuevos datos obtenidos son una prueba más de que las misteriosas líneas, vistas por primera vez oscureciendo las laderas marcianas hace cinco (5) años son, en efecto, el agua de hoy en día.

Es decir que esas RSL se deben a la actividad actual de agua salobre. Sí. Como lo lee.

En su opinión, y con toda probabilidad, en la actualidad hay agua líquida que fluye de forma intermitente en Marte. Un hecho que, de confirmarse, puede suponer un avance científico significativo.

Nuevas posibilidades: agua y vida
La tercera posibilidad que abren estos hallazgos a nuestras mentes es fascinante.

Si por lo que sabemos y, con muy pocas excepciones, el agua es necesaria para la vida tal como la entendemos, entonces, podemos y debemos dar un paso más.

No sólo pudo existir algún tipo de vida en Marte, en un pasado más o menos remoto sino que, en la actualidad, es probable que la haya.

¿Quién nos dice que no pueda existir en esa agua líquida salobre, bajo ciertas circunstancias, la posibilidad de vida microscópica?

¿No es fascinante la idea? Y por supuesto, como poder puede. Claro que sí.

Sin embargo conviene ser prudente. No existe aún, que sepamos, una relación causa-efecto entre sustancia química inanimada (agua) y fenómeno animado (vida). No. La existencia de una no implica, de forma directa, la de la otra.

Y es que resulta muy difícil determinar esa relación. Para empezar depende de lo habitable que sea el entorno marciano, de lo extremo de sus condiciones ambientales.

Nuestra misión en Marte
Aunque en ese sentido lo que sabemos de nuestro planeta nos hace ser optimistas, o al menos albergar esperanzas.

Por los estudios que tenemos de los extremófilos -microorganismos que viven en condiciones extremas, es decir muy diferentes a las que viven la mayoría de las formas de vida- en la Tierra, sabemos que hay seres vivos que pueden con todo.

No sólo sobreviven en estos medios, sino que incluso prosperan en condiciones muy áridas, muy salinas, muy calientes o muy lo que sea. Da lo mismo el muy, en todo caso son condiciones extremas.

Extremas, claro, en comparación con las que resultan habitables, sobre todo, para el ser humano. Que también aguanta lo suyo, no se crea que no, pero vamos, éstas la superan con mucho.

Como ejemplo de extremófilos me vienen a la mente, unos del tipo termófilo, responsables de algunos de los vistosos colores de la fuente termal Grand Prismatic Spring, en el Yellowstone National Park.

O haciendo patria chica, los que viven en las aguas altamente ácidas del río Tinto en Huelva, Andalucía, España. Básicamente pertenecen al dominio de las Archaea, uno de los tres grandes dominios de los seres vivos junto con Bacteria y Eukaryota.

Pero también hay cientos de miles de virus desconocidos y, por ende, por catalogar.

Optimismo marcianense
Optimistas les decía, porque se puede decir de forma casi absoluta que en nuestro Planeta Azul, allí donde encontramos agua terminamos hallando vida. Es como una ley casi inexorable.

Por eso su descubrimiento (el del agua) en el Planeta Rojo en estos últimos veinte (20) años, resulta tan emocionante.

Si el agua corriente es un ingrediente esencial para la vida, un requisito digamos ineludible para la habitabilidad, su detección en la superficie de Marte se muestra como un paso fundamental, para establecer si es un lugar que puede ser habitado por la especie humana.

Sí. La misión marciana no es otra que el “seguimiento del rastro del agua en el universo”. La búsqueda de vida en él. Una respuesta científica a la clásica pregunta:




1 comentario :

un aficionado a las ciencias dijo...

Le agradecería que profundizar más en el tema. Tal como lo explica lo comprendo, me entero y me gusta.
Le felicito por el blog y los programas radio