(Continuación) Por lo que pensado, dicho y hecho. Y lo que es mejor, además, gustó. Y mucho.
Buena prueba de lo que les digo es que este conteo descendente, sería empleado después en todas las películas posteriores y, lo que es más interesante, en los lanzamientos espaciales reales.
De modo que debemos a un director de cine, el suspense que se produce cada vez que una nave espacial abandona nuestro mundo. Les dije antes dicho y hecho, pues ahora añado y plagiado.
Y es que, a veces, la vida imita a la ficción. Aunque no siempre lo que salga sirva. Que ésa es otra.
‘La mujer en la Luna’ y la primera cuenta atrás espacial
Ya les adelanté del alarde de detalles científico-técnicos de la película. Una cuidada puesta en escena que fue posible gracias, de un lado, a los magníficos decorados de los que pudo disponer por aquel entonces, al ser el director más importante de Alemania. Una cuestión económica y de prestigio.
Y del otro, porque Lang se asesoró con los más eminentes científicos alemanes de la época. Quería asegurar al máximo la credibilidad cuando se explicaban teorías científicas en el guion o a la hora de construir los decorados que reproducirían el interior de un cohete.
Una cuestión de rigor científico.
De hecho ‘La mujer en la Luna’ es una película importante en la historia del cine, y es probable que se encuentre entre las de mayor verosimilitud que, por aquella época, se hicieron de ciencia-ficción.
Como curiosidad decirles que la cuenta atrás de la película en realidad sólo se ve, ya que no la podemos escuchar, al ser un film de la época muda. Es una secuencia de carteles la que nos la muestra. La primera cuenta atrás de la historia de la que tenemos constancia.
Hubo que esperar veintiún (21) años para que los espectadores pudieran presenciar una cuenta atrás por segunda vez, y ésta vez oírla ya que tenía sonido. Fue con la película ‘Con Destino a la Luna’ (1950).
Y de la ficción cinematográfica a la realidad aeronáutica. Un clásico ya.
Seguro que Lang cuando la ideó como forma de aumentar el suspense, nunca se le pasó por la cabeza que estuviera creando un precedente histórico y mundial.
Se trata de uno de esos sucedidos en los que la ficción del Arte, en este caso el Cine, ha influido en la realidad de la Ciencia, en este caso la Aeronáutica. Y no al revés como suele ser más frecuente.
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