sábado, 20 de febrero de 2010

¿Qué le pasó al Puente de Tacoma? (y II)


Causa del colapso tacomiense
(Continuación) Lo primero en lo que se pensó es en que se hubieron realizado mal los cálculos. Pero pronto se descartó esta hipótesis. La teoría aplicada y los cálculos realizados con respecto a las oscilaciones longitudinales eran correctos.

Entonces se pasó a analizar mejor los datos experimentales que se tenían sobre lo sucedido. Se vio que ese día soplaba un viento lateral de intensidad moderada de unos 64 km/h.


Un factor transversal nunca tenido en cuenta en el estudio y que, a pesar de su bajo valor, bastaron para que, tras algunas horas de violentas sacudidas, el tramo central de 850 m de longitud y 11 000 t de masa, se rompiese y desplomase de forma espectacular.

El motivo resultó entonces evidente. Había aparecido una nueva resonancia, ahora transversal y torsional, causando otro tipo de deformación.

Un nuevo modo de torsión en el que el eje del puente permaneció en reposo, mientras que las dos mitades de la carretera, a uno y otro lado, se retorcían a lo largo del eje central, en sentidos opuestos.

De manera un tanto suicida, un profesor de física demostró esto. Caminó a lo largo de la medianera de la carretera, es lo que se conoce como una línea nodal, sin verse afectado por el ondular de la carretera que subía y bajaba a cada lado del eje.

Eso es tener fe en la ciencia. Todo un héroe científico el tal profesor.

Después del colapso
La causa de este tipo de vibración es un fenómeno hoy conocido como flameo aeroelástico, que se origina cuando una perturbación de torsión aumenta el ángulo entre el viento y el puente (ángulo de ataque).

Pero en la explicación de la inesperada destrucción del puente, no sólo se debe emplear el, ignorado entonces, concepto de resonancia ya comentado.

También influyó el método de construcción que se empleó. Por ejemplo el grado de flexibilidad de su estructura era excesivamente alto; en concreto, apenas poseía un tercio de la rigidez media recomendada. Todo en aras de su esbeltez.

Asimismo se desconocía la aerodinámica de estructuras de excesiva longitud como el puente. Ni que decir tiene que existe un antes y un después, tras la espectacular destrucción del puente de Tacoma.

En la actualidad no solo se les construye más aerodinámicos y se ha reducido su esbeltez, sino que a menudo esta experiencia es utilizada como elemento de reflexión y aprendizaje sobre los efectos aerodinámicos y resonantes en la concepción de otras estructuras de ingeniería civil.

El nuevo puente que le reemplazó se inauguró diez años después, en 1950.

Algunas curiosidades tacomitas
1) A pesar de su espectacularidad, no se perdió ninguna vida humana como consecuencia del colapso del puente.

2) La destrucción final del puente fue filmada por un fotógrafo profesional de la zona. Lo puede ver en enroquedeciencia.es

3) Poco antes del colapso sólo transitaba un automóvil por el puente. Pertenecía a un fotógrafo que viajaba con Tubby, el perro de su hija, y que en vista de cómo se puso la cosa salió por pies, abandonando al animal que aterrorizado no podía moverse. Fue la única víctima del desastre.

4) A finales de 1941, el ingeniero constructor del puente, Clark Eldridge, fue hecho prisionero por los japoneses durante la SGM y permaneció hasta su final en un campo de prisionero en Japón.

Según el mismo contó, cierto día un oficial japonés, que había estudiado en Estados Unidos, lo reconoció.

Se le acercó y le gritó: “Tacoma Bridge!”.

Japo cabrón.

3 comentarios :

Ana Maria dijo...

Muy bueno. debería definir mejor los términos físicos utilizados para entender mejor las explicaciones dadas del suceso.

Carlos Roque Sánchez dijo...

Tomo buena nota. Gracias Ana María

Anónimo dijo...

Gracias me sirvio mucho para mi reporte de vibraciones mecanicas SAludos le agregare a favoritos