sábado, 25 de julio de 2009

¿Cuál fue el primer reloj que estuvo en la Luna?

(Continuación) En contra de lo que podría pensarse no fue el de Amstrong, el primer hombre en pisarla. Él no lo llevaba puesto en ese momento.

Fue, por tanto, el de su compañero Aldrin, que lo hizo catorce minutos después, el primer reloj que estuvo sobre la superficie lunar. Es una historia curiosa. Pero como suele decirse empecemos por el principio.

¿De qué marca era?
A la NASA le preocupaba mucho el tipo de reloj que llevarían los astronautas en la misión, dado que las condiciones a las que estaría expuesto en el espacio, serían muy diferentes a las que soportaba en tierra.

Sobre todo le inquietaban las diferencias de presión y temperatura a las que estaría sometido. Éstas no deberían de existir para el buen funcionamiento del mismo. Sin contar con que, en un ambiente de práctica ingravidez, se podría quebrar el vidrio del reloj.

Para ello hizo una selección de cinco cronógrafos de marcas prestigiosas y se las sometió a diferentes pruebas de resistencia, que simulaban las extremas condiciones del espacio exterior. Tanto factores térmicos como mecánicos y electromagnéticos.

Desde estar expuestos durante horas a temperaturas de noventa y tres grados Celsius (93 ºC), para luego ser enfriados a dieciocho grados bajo cero (-18 ºC).

Hasta recibir fuertes golpes y sacudidas, soportar presiones hiper e hipoatmosféricas (altas y bajas presiones atmosféricas) y funcionar en condiciones de gravedad cero.

Pasando por permanecer, durante dos días, inmersos en una atmósfera de oxígeno puro, verse sometidos a aceleraciones extremas o a la acción de campos electromagnéticos de gran intensidad.

Al final sólo uno de ellos superó todas las pruebas: el modelo Speedmaster de Omega. Él fue el único reloj que se mostró apto, por resistente y preciso, para los viajes espaciales. Por eso fue elegido como el reloj oficial de las misiones Apolo. En concreto el calibre 321, similar a las réplicas que se venden en la actualidad.

Moonwatch
También conocido como Moonwatch (reloj lunar), ha sido empleado en los seis alunizajes y ha estado presente en decenas de misiones, incluyendo la fallida Apolo 13, que ya hemos comentado.

Incluso en la misión Apolo-Soyuz, de julio de 1975. Recordemos que fue la última del Programa Apolo y el primer acoplamiento de dos naciones en el espacio. Una especie de “apretón de manos” entre las dos potencias, en un intento de poner fin a su particular “guerra fría”. Resultó ser una misión espacial, política, polémica y curiosa.

Curiosa porque no sólo llevaban el Moonwatch los astronautas estadounidenses, también lo portaba en su muñeca uno de los dos astronautas soviéticos, el veterano Alexei Leonov.

Toda una leyenda astronáutica, no en vano había sido el primer hombre en realizar un paseo espacial en 1965. Por lo que es significativo que llevara el modelo de cronómetro del enemigo, el Speedmaster de Omega.

Un modelo en acero, esfera negra y calibre de carga manual Omega 1861. Entre sus características destacaban su bisel plano con escala taquimétrica y una protección de la esfera con un cristal hesalite en vez de zafiro.

Algunos detalles técnicos
El motivo del cambio se debía a que el hesalite es un cristal sintético, que no estalla en atmósfera cero. Es el único conocido. Por eso fue una petición expresa de los ingenieros de la NASA, en vez del de zafiro. Se pretendían evitar los riesgos, que para los astronautas podrían suponer, los numerosos trozos de cristal si éste se rompía, debido a una brusca variación de presión.

Como detalle curioso destacar que, si bien el hesalite es muy resistente resulta que, también, es muy fácil de rallar.

En eso se diferencia del zafiro que es relativamente frágil, con un golpe seco fuerte estalla fácilmente, pero muy difícil de rallar. Según la escala de Mohs, por encima del zafiro sólo está el diamante. O sea que bien.

Les decía que el Speedmaster fue elegido por su respuesta física ante las diferentes pruebas a las que se le sometió. Pero no fue éste el único factor que se tuvo en cuenta. También contó su precisión.

En la Luna esta característica puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de un astronauta. Las provisiones de oxígeno, de carburante y de pilas se calculan en minutos y segundos. Por ello era necesario que llevaran un buen cronómetro en sus muñecas.

De vuelta con Aldrin
Lo que nos lleva al comienzo ¿Por qué fue el de Aldrin el primer reloj que estuvo en la Luna y no el Amstrong que bajó antes? Lógicamente porque éste no lo llevaba puesto en el momento de iniciar su paseo lunar.

Lo había tenido que dejar como reloj de apoyo en el módulo de aterrizaje, ya que algunos cronómetros de éste se habían parado y otros se habían roto en el accidentado descenso. Decir que cumplieron a la perfección. Una prueba de su precisión y del acierto en su elección.

A propósito de Aldrin han de saber que se convirtió en el primero de los astronautas malditos. No llevó bien la fama que adquirió Amstrong. Un problema de celos.

Incluso su padre acampó ante la Casa Blanca reivindicando el papel de su hijo en la misión. “También mi hijo fue el primero” ponía en la pancarta que exhibía. Hay que comprender que era su padre.

Aldrin, aunque inició un camino de autodestrucción por los derroteros del alcohol, pudo al final enmendar su vida y abandonar esa cara oculta de la Luna.

1 comentario :

Anónimo dijo...

PROPUESTA RELOJ DE 16 HORAS
http://apoloctagenica.blogspot.com/2011/05/reloj-de-16-horas-y-su-calendario.html