(Continuación) Fue también inventora del proceso de destilación fraccionada, operación para la que diseñó y construyó el alambique -un aparato de cobre que no sufrió, prácticamente, cambio alguno hasta 1860- y del que Zósimo da dos versiones, Dibikos y Tribikos, según tuviese dos o tres caños (bikos) para la destilación.
Recipientes de este tipo han sido encontrados en monasterios y conventos, donde fueron utilizados por los religiosos para obtener licores medicinales.
Unos brebajes que nacieron para curar enfermedades y terminaron siendo una fuente de ingresos para los religiosos.
Así empezaron los “benedictines”, “cervezas”, “chartreuses”, “mistelas” y demás variedades locales de alcohol destilado.
A María se le atribuye la invención de un aparato para la sublimación de sustancias, el Kerotakis, un tipo de horno en el que se podían tratar los metales con vapores de otros metales, ácidos u otras sustancias.
También sintetizó un sulfuro de plomo y cobre, empleado por los pintores como pigmento negro y conocido como 'negro de María'. Incluso se la considera descubridora del ácido clorhídrico, HCl.
María la Judía, ¿realidad o leyenda?
¿Fue María un personaje de carne y hueso o un mito alquimista? Hoy por hoy no lo podemos saber.No hay ninguna referencia escrita de alguien que asegure haber sido contemporáneo de ella y que certifique su existencia allá por el siglo III d.C.
De modo que con los testimonios de los que disponemos, nada se puede garantizar acerca de su existencia real en una Grecia en la que, la Alquimia, empezaba a adquirir unas características que se harían definitivas y cuya autoría se le atribuye.
Es muy probable que nunca lo sepamos, lo que en sí tampoco es importante. Quedan los cacharros y los métodos que, sin duda, condujeron al nacimiento de la Química. Y su “baño”.
Un buen ejemplo didáctico de similitudes históricas entre la investigación del laboratorio y el ‘caceroleo’ de la cocina. Y hablando de cocina hay que admitir que el moderno horno de microondas es un buen sustituto del antañón baño mariense.
Sin olvidar que María es un buen ejemplo del papel que la mujer debe jugar en su relación con la ciencia.
Una relación, en este caso mujer-alquimia, que está más cerca del clásico rol activo del hombre, que del habitualmente pasivo asignado a la mujer.
Ya saben, de musa inspiradora y apoyo espiritual del hombre. En este caso no es así. Se trata de una María remangada y metida en faena, de igual a igual con el hombre.
Científica e inventora. Inteligencia, paciencia, ingenio, pericia y María. Un magnífico equipo.
Dejó dicho: “Los hombres tienen mucha prisa y quieren hacer la Obra muy pronto”. Me gusta.
Claro que también me gusta la frase inicial e iniciática que avala la paciencia y constancia femenina. Sabia María.
1 comentario :
Echo en falta más entradas sobre mujeres científicas.
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