(Continuación). Como al parecer se llevó el animal a la destilería a modo de mascota, pasado un tiempo, empezó a ser conocida como la destilería del mono. Y su anís, pues, el del mono.
Fue entonces cuando, el fabricante, se decidió poner en la etiqueta la figura del mono.
Fue entonces cuando, el fabricante, se decidió poner en la etiqueta la figura del mono.
Respecto al rostro del simio dicen que era el del propio Vicente Bosch, el empresario catalán propietario de la destilería y del mono. No sé que decirles. Se me hace extraño todo en esta historia.
Por lo que les presento una tercera hipótesis, referida a la etiqueta anisera.
Hipótesis de Monóvar
Hay una hipótesis, la más creíble para algunos, que habla de una epidemia de cólera que arrasó España en 1884, y de la que los habitantes de la población de Monóvar (Alicante) quedaron, sorpresivamente, a salvo.
Ha pasado el tiempo y el asunto no se ha podido esclarecer. Tampoco se sabe el porqué los vecinos de aquella localidad, atribuyeron tal prodigio al consumo del anís de la zona. Pero el caso es que la idea arraigó.
Y tanto fue así que al anís se le empezó a tener por bebida salutífera y se le arrogaron toda suerte de beneficiosas propiedades. Ni que decir que su consumo se disparó.
Y he aquí que tal fenómeno comercial fue aprovechado por algunos avispados comerciantes de licores, que llevaron a cabo campañas de marketing verdaderamente pintorescas.
La que más éxito tuvo fue la de nuestro amigo Bosch, quien observó que en las tabernas, la clientela, a la hora de tomar anís, pedía simplemente "ponme un mono" (apócope de Monóvar).
Un “latiguillo” que le indujo a incluir la imagen de un simio, en el logotipo de la marca de su anís. Y hasta hoy.
El simio en cuestión llevaba en la mano derecha un pergamino con la críptica leyenda: "Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento".
Pero en este caso en alusión, al prodigio médico de Monóvar, no al mono darwinista de la evolución.
Bueno, pues de este sucedido, no sé más. Por cierto, de las tres, ¿cuál cree usted que es la auténtica?
La del mono creacionista, la del mono de América o la del mono de Monóvar
Creacionismo versus Evolucionismo
Por cierto. A propósito de la polémica de la que les hablaba al comienzo, entre Huxley y Wilberforce, de la demoledora réplica del primero y del vergonzante mutis del segundo, he de decirles algo.
La pugna entre darwinismo y fundamentalismo cristiano ni acabó en ese momento, ni fue Oxford el único escenario en el que se produjo.
Se ha mantenido desde entonces y en diferentes lugares. El último se libró el pasado 9 de diciembre en el estado de Louisiana (EEUU) y lo perdió, por goleada, la ciencia.
Por una votación de 6 a 1, un tribunal de este estado del sur, sobre el delta del río Mississippi, aprobó unos textos de biología de educación secundaria, en los que no se hace mención siquiera a la "controversia en torno a la teoría de la evolución".
Mucho menos citarla ni explicarla. La propuesta partió, claro, del colectivo de creacionistas.
Como saben, el creacionismo es una doctrina bíblica según la cual la Tierra fue creada hace unos pocos miles de años a través de un acto divino.
Por tanto no es ciencia, sino una credulidad que se ha demostrado, además, errónea.
Igualmente, también saben que la Teoría de la Evolución, está sólidamente fundada desde el punto de vista científico. Es decir sí es ciencia.
De modo que no están en el mismo plano de racionalidad, por lo que no se pueden ni comparar.
De nuevo ciencia y creencia juntas. Una mala pareja de viaje. No es la primera vez que se lo comento.
1 comentario :
Pues como vecinos de Badalona (y concretamente de la fábrica del Anis del Mono) podemos certificar que el señor Bosch, se trajo efectivamente un mono de uno de sus viajes, y ahi lo tenia en una jaula a la entrada de la fábrica (lo explicaron siempre nuestos abuelos y padres)
Fue quizás un capricho traerse al mono de uno de sus viajes, , como también lo fue el diseño de la botella, inspiriado en la talla del diamante y ahi nos perdemos un poco, en si fue por un anillo que regalo a su mujer, i quedo tan encantada con el diamante que viajo a Paris para asesorarse en como hacer así las botellas.
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