sábado, 15 de enero de 2011

Luisa Oliva Sabuco de Nantes (1562-?)

Nació en Alcaraz, Albacete, (España) y se desconoce su fecha de fallecimiento.

De entre las obras de esta filósofa y médica castellano-manchega destaca ‘Nueva Filosofía de la Naturaleza del Hombre`, por la que recibió en su día grandes elogios.

Los recibió tanto por el contenido científico del libro, como por el filosófico e, incluso, por el estilo literario. O sea sobresaliente en el fondo y en la forma.

Baste decir que llegó a ser comparado con el del mismo Cervantes. Y entre sus admiradores destaca su contemporáneo Lope de Vega. Natural.

La obra consta de unos diálogos entre pastores al más puro estilo de la época. Uno de los pastores representa al erudito, por medio del cual Oliva nos muestra su pensamiento, y los otros le hacen preguntas.

Un planteamiento que les resultará familiar. Es semejante al de Sócrates en los diálogos platónicos. Los demás preguntan y él expone la doctrina. Por sus contenidos los podemos agrupar en dos grandes categorías.

Coloquios científicos y artísticos. Décima Musa
Algunos de estos coloquios tratan sobre medicina y psicología, motivo por el que viene a este altavoz radiofónico. En ellos muestra unas ideas que, aún hoy, son de la máxima actualidad. Analicen conmigo si no es así. Veamos.

a) Ataca a la medicina tradicional de Aristóteles, Hipócrates y Galeno, por considerarla errada y superable. Hoy es natural que así se la considerado, pero no lo era tanto a finales del siglo XVI y menos en boca de una mujer.

b) Da normas para evitar las enfermedades y prolongar la vida, entre las que se encuentran fundamentalmente dos: el cuidado de la higiene en las personas y considerar que existe una estrecha vinculación entre la mente y el cuerpo.

En esta línea de pensamiento Luisa Oliva es de la opinión que forma que un malestar psíquico nos puede acarrear un malestar físico. Incluso una enfermedad o, lo que es peor, en casos extremos la misma muerte.

Por último, y por no cansar con el relato de sus numerosas aportaciones médicas, esta extraordinaria mujer, aconseja utilizar la musicoterapia para sanar a cierto tipo de enfermos. Qué me dicen, que ya alguien escribiera esto hace cuatrocientos años. Para que luego digan que Punset.
Bueno. Una aportación más. Además de ser precursora de la Psicosomática, Oliva intuye la existencia de una sustancia neurotransmisora.

Una idea que sería plagiada después por ilustres médicos ingleses. No olvidemos que, en su época, ya el gran Descartes defendía la existencia de unos supuestos espíritus animales para la transmisión nerviosa.

Los otros coloquios, los artísticos, de contenidos filosófico, político y social- no le quedan a la zaga, tanto por su calidad literaria como por lo que de muy avanzados tenían para su época.

Es más, en algunos aspectos, quizás, resulten avanzados incluso para nuestra época actual. Con razón Lope de Vega la llamó “Décima Musa”.

Tras todo lo que les he contado, es lógico que piense que Luisa Oliva Sabuco de Nantes ha tenido el reconocimiento de la sociedad de su época y de la actual. Pues permítanme que les diga que están en un craso error.

Ella, como otras, tenía y siguen teniendo un inconveniente: el de ser mujer. Lo que en nuestra sociedad resulta ser un lastre a la hora de reconocerle sus méritos. Y eso que en su caso, no fue de los más sangrantes. Les cuento.

Por ser mujer
Aunque es cierto que, desde la primera edición de 1587 hasta la última de 2006, su obra ‘Nueva...’ se publicó siempre bajo el nombre de su autora, no es menos cierto que, en diversas épocas, no ha faltado quien dudara de su autoría. El motivo lo pueden imaginar.

El antañazo prejuicio machista de siempre. Toda mujer, por naturaleza, nace sin la capacidad intelectual suficiente para escribir un buen libro. Ergo.

Y por supuesto esta afirmación se realiza sin una sola prueba que la demuestre cierta. Ni una sola.

La última de estas falacias tuvo lugar a comienzos del pasado siglo XX. Se volvió a cuestionar la autoría de Luisa Oliva sobre su obra, sólo que ahora con una supuesta prueba.

Supuestamente se había hallado un testamento de la época con un añadido final, según el cual, su padre se autoproclamaba autor de la misma.

Argumentaba que la puso a ella como autora, para darle nombre y honra, pero que reclamaba para sí el dinero que generaba la publicación. En fin. Nada nuevo. Como casi siempre. El maldito parné.

Pero esto no fue lo peor. No se ha vuelto a sabe más del asunto, ni en lo que quedó. Bueno se sabe que nunca apareció el susodicho testamento. O sea que más de lo mismo.

3 comentarios :

Unknown dijo...

Es un error afirmar que el testamento nunca ha ha parecido. El testamento del padre de Oliva apareció en 1902 descubierto por José Marco Hidalgo,y se conserva actualmente en el Archivo Histórico Provincial de Albacete. Recientemente, en 2006 aproximadamente Ricardo González López descubrió y publicó varios centenares de documentos de la familia Sabuco del s. XVI, y publicó sus conclusiones en su libro "El enigma Sabuco".

Contando historias. Por Elvira Valero dijo...

El testamento de doña Oliva Sabuco ha aparecido, fue realizado el 13 de febrero de 1646, tenía 83 años y declara estar enferma. Debió morir poco después porque su nombre no aparece en ningún protocolo notarial más. Ordenó ser enterrada en el convento de Santo Domingo. Los libros registro de esta institución, así como los de la iglesia de San Pedro, de la que era feligresa, se quemaron en la plaza Mayor de Alcaraz, según testimonio de Marco Hidalgo. En su testamento declara tener cuatro hijos. El análisis completo y más datos sobre los últimos años de su vida están recogidos en la reciente publicación titulada: Testamento y última voluntad de doña Oliva Sabuco. Autora: Elvira Valero de la Rosa

Carlos Roque Sánchez dijo...

Gracias por la información. En nada me pongo con ello.
Saludos.