Preguntado así, a bocajarro, la respuesta más inmediata para esta pregunta sobre la temperatura quizás sea, pues la que tenga el mayor número posible.
Y la más sencilla de ellas, tal vez la del número infinito.
El infinito. Un concepto tabú para los matemáticos porque, ¿cuál es ese mayor número concebible?
Es decir que hay infinitos que son más infinitos que otros. Un oxímoron como el que dice.
O hacia el infinito y más allá, que dijo aquel.
Según Cantor, el tipo de infinito más pequeño es el que obtenemos sencillamente contando. Sin descanso. Para siempre: 0, 1, 2, 3, 4… y así hasta el infinito. Lo llamó Alef0, tomando su nombre de la primera letra del alfabeto hebreo.
Y al más grande, al mayor de todos ellos, lo llamó infinito absoluto y lo representó como Omega.
Según él, se trata de un infinito que no es concebible por la mente humana.
No lo es porque, su propia definición, se basa en la idea de que cualquier intento por describirlo, acabará siempre por describir algo inferior.
O sea. Como si el número fuera el mismo Dios. De hecho Cantor escribió artículos religiosos sobre el tema.
Algo empezaba a no funcionar bien en la mente del matemático.
Fruto de su intenso trabajo, en 1884, Cantor sufrió una crisis nerviosa. Aquejado de una enfermedad maníaco-depresiva, tuvo que ser ingresado en una clínica psiquiátrica de monjas.
Murió en 1918 en una institución mental. Casi olvidado por todos. Sus teorías sólo empezaron a ser reconocidas a principios del siglo XX.
En la actualidad Cantor está considerado como el padre de la teoría de conjuntos.
Un punto de partida de excepcional importancia, en el desarrollo de la matemática moderna.
Pero claro, ésta que les he dado es una respuesta matemática.
Y nosotros lo que queríamos saber es ¿Cuál es la temperatura más alta que puede existir? Y eso pertenece al campo de la Física.
Por la Teoría Molecular de la Materia sabemos que la temperatura de un cuerpo es una propiedad macroscópica, en concreto la medida de otra propiedad que es microscópica: la energía cinética media de las partículas de un cuerpo.
Es decir, la temperatura de un cuerpo es función del movimiento vibratorio de sus partículas.
En particular de su energía cinética de vibración, que como tal vendrá dada por:
Visto así, la cuestión ya no es averiguar la temperatura máxima que puede alcanzar un cuerpo, sino saber cual es la máxima velocidad a la que se pueden mover las partículas que los forman.
Y por lo que se sabía en esa época, no había límite para esa velocidad.
Claro que por entonces, aún no había abierto su boca un joven técnico en patentes de nombre Albert Einstein.
Quien con su Teoría de la Relatividad Especial (TRE) de 1905, demostró que nada más lejos de la realidad.
Hay una velocidad tope en nuestro Universo que ningún objeto material puede alcanzar.
Este valor es de 299 792 458 m/s, aproximadamente 300 000 km/s (3·108 m/s), se la conoce como la velocidad de la luz. (Continuará)
Y la más sencilla de ellas, tal vez la del número infinito.
El infinito. Un concepto tabú para los matemáticos porque, ¿cuál es ese mayor número concebible?
Desde las matemáticas
En este alejado y remoto terreno del infinito, juega un papel relevante el matemático alemán de origen ruso Georg Ferdinand Cantor (1845-1918), quien elaboró ingeniosos argumentos que, no solo demostraban la existencia de diversos infinitos diferentes, sino que, además, algunos de ellos eran más grandes que otros.Es decir que hay infinitos que son más infinitos que otros. Un oxímoron como el que dice.
O hacia el infinito y más allá, que dijo aquel.
Según Cantor, el tipo de infinito más pequeño es el que obtenemos sencillamente contando. Sin descanso. Para siempre: 0, 1, 2, 3, 4… y así hasta el infinito. Lo llamó Alef0, tomando su nombre de la primera letra del alfabeto hebreo.
Y al más grande, al mayor de todos ellos, lo llamó infinito absoluto y lo representó como Omega.
Según él, se trata de un infinito que no es concebible por la mente humana.
No lo es porque, su propia definición, se basa en la idea de que cualquier intento por describirlo, acabará siempre por describir algo inferior.
O sea. Como si el número fuera el mismo Dios. De hecho Cantor escribió artículos religiosos sobre el tema.
Algo empezaba a no funcionar bien en la mente del matemático.
Fruto de su intenso trabajo, en 1884, Cantor sufrió una crisis nerviosa. Aquejado de una enfermedad maníaco-depresiva, tuvo que ser ingresado en una clínica psiquiátrica de monjas.
Murió en 1918 en una institución mental. Casi olvidado por todos. Sus teorías sólo empezaron a ser reconocidas a principios del siglo XX.
En la actualidad Cantor está considerado como el padre de la teoría de conjuntos.
Un punto de partida de excepcional importancia, en el desarrollo de la matemática moderna.
Pero claro, ésta que les he dado es una respuesta matemática.
Y nosotros lo que queríamos saber es ¿Cuál es la temperatura más alta que puede existir? Y eso pertenece al campo de la Física.
Desde la Física Clásica
Desde el campo de la Física, en principio, no tiene porqué haber un límite para la temperatura más alta. Es más, hasta finales del siglo XIX, se pensaba que así era.Por la Teoría Molecular de la Materia sabemos que la temperatura de un cuerpo es una propiedad macroscópica, en concreto la medida de otra propiedad que es microscópica: la energía cinética media de las partículas de un cuerpo.
Es decir, la temperatura de un cuerpo es función del movimiento vibratorio de sus partículas.
En particular de su energía cinética de vibración, que como tal vendrá dada por:
Ec = 1/2 mv2
Visto así, la cuestión ya no es averiguar la temperatura máxima que puede alcanzar un cuerpo, sino saber cual es la máxima velocidad a la que se pueden mover las partículas que los forman.
Y por lo que se sabía en esa época, no había límite para esa velocidad.
Claro que por entonces, aún no había abierto su boca un joven técnico en patentes de nombre Albert Einstein.
Quien con su Teoría de la Relatividad Especial (TRE) de 1905, demostró que nada más lejos de la realidad.
Hay una velocidad tope en nuestro Universo que ningún objeto material puede alcanzar.
Este valor es de 299 792 458 m/s, aproximadamente 300 000 km/s (3·108 m/s), se la conoce como la velocidad de la luz. (Continuará)
2 comentarios :
De donde se saca esas preguntas tan curiosas. enhorabuena por el blog
Publicar un comentario