No es la primera vez que hablamos de anagramas en el blog. Seguro que, a la vista de estos ejemplos, recuerdan lo que son:
enigma, imagen; roma, amor; roldán, ladrón, etcétera.
¿Sí?, pues bien. No son pocas las historias reales que se cuentan alrededor de estas composiciones. Una de ellas es la del médico de Leipzig, Andres Rudigier.
Según la Larousse del siglo XIX explica, cuando este médico iniciaba sus estudios decidió investigar su nombre, para extraer algún anagrama de él que le resultara concluyente.
Una vez latinizado su nombre como ANDREUS RUDIGIERUS, el estudiante extrajo con gran sobresalto la frase ARARE RUS DEI DIGNUS ("digno de trabajar en el campo del Señor").
Digo con sobresalto porque, el joven Rudigier, creyó firmemente que su elección universitaria estaba equivocada. En realidad el Señor lo quería para la carrera eclesiástica. Y Él guiaba su destino.
Por suerte su preceptor estuvo al quite. Preocupado por tan repentina desviación epistemológica y convencido, sobre todo, de sus aptitudes para la medicina, meditó sobre el asunto.
No paró hasta que encontró otro significado al anagrama. Y cuando lo tuvo se fue a visitarlo y le dijo:
- Eres todo un majadero. Justamente el anagrama de tu nombre lo que te indica es que debes ser médico ¿No comprendes que el campo del Señor no es otra cosa que el cementerio? ¿Y quién lo trabaja mejor que los médicos?
Ni que decir que Rudigier quedó totalmente convencido y se hizo médico.Ya por aquellos tiempos estaba meridianamente claro, que la medicina sólo puede curar las enfermedades curables.
O lo que es lo mismo, que un médico era aquél profesional de la salud que tapa sus errores con tierra.
Todo esto es sólo un decir, a propósito del anagrama.
enigma, imagen; roma, amor; roldán, ladrón, etcétera.
¿Sí?, pues bien. No son pocas las historias reales que se cuentan alrededor de estas composiciones. Una de ellas es la del médico de Leipzig, Andres Rudigier.
Según la Larousse del siglo XIX explica, cuando este médico iniciaba sus estudios decidió investigar su nombre, para extraer algún anagrama de él que le resultara concluyente.
Una vez latinizado su nombre como ANDREUS RUDIGIERUS, el estudiante extrajo con gran sobresalto la frase ARARE RUS DEI DIGNUS ("digno de trabajar en el campo del Señor").
Digo con sobresalto porque, el joven Rudigier, creyó firmemente que su elección universitaria estaba equivocada. En realidad el Señor lo quería para la carrera eclesiástica. Y Él guiaba su destino.
Por suerte su preceptor estuvo al quite. Preocupado por tan repentina desviación epistemológica y convencido, sobre todo, de sus aptitudes para la medicina, meditó sobre el asunto.
No paró hasta que encontró otro significado al anagrama. Y cuando lo tuvo se fue a visitarlo y le dijo:
- Eres todo un majadero. Justamente el anagrama de tu nombre lo que te indica es que debes ser médico ¿No comprendes que el campo del Señor no es otra cosa que el cementerio? ¿Y quién lo trabaja mejor que los médicos?
Ni que decir que Rudigier quedó totalmente convencido y se hizo médico.Ya por aquellos tiempos estaba meridianamente claro, que la medicina sólo puede curar las enfermedades curables.
O lo que es lo mismo, que un médico era aquél profesional de la salud que tapa sus errores con tierra.
Todo esto es sólo un decir, a propósito del anagrama.
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