viernes, 15 de mayo de 2009

¿Por qué la evolución no les ha quitado a los hombres esas partes femeninas?

(Continuación) Está visto que, el asunto éste de los pezones en los hombres, es de los que trae cola. Y es que el número de preguntas inquietantes que surgen alrededor de ellos no son pocas:

Uno. ¿Por qué tienen nervios y vasos sanguíneos?
Dos. ¿Por qué a los machos de nuestra especie no les ha ocurrido como a los de otros mamíferos, a los que las hormonas se han encargado de atrofiarle la formación de los pezones?
Tres. ¿O es que acaso, amamantaban los varones prehistóricos a sus crías?
Cuatro. ¿Por qué la evolución no nos ha quitado esas partes femeninas, sin uso ni sentido aparente en el hombre?

Como pueden apreciar no es un asunto baladí. Lo primero que hemos de saber es cómo actúa en realidad la naturaleza sobre los organismos vivos. Y no lo hace obedeciendo a un plan maestro dictado por alguien. No es un acto creador que pretenda construir una criatura perfecta de nosotros.

La evolución, a través de la selección natural, está a favor o en contra de determinadas partes de nuestro cuerpo, sólo en función de nuestra supervivencia y reproducción. Por eso no elimina lo que sea innecesario en nuestro organismo.

Simplemente lo deja ahí. Es lo menos costoso, energéticamente hablando, para el organismo. Sólo cuando es una tara, una molestia o un peligro lo hace. Es la ley de la economía del universo.

Los pechos masculinos son una buena lección de cómo funciona la evolución. Los tenemos por el mismo motivo que las mujeres tienen pelo facial. No nos sirven de nada, pero tampoco cuesta tenerlos. En cambio sí nos costaría quitárnoslos.

La misma repuesta podría servir para responder a porqué nuestros pechos vienen equipados con nervios y vasos sanguíneos, motivo por el que no debemos olvidar, son eréctiles.

Lo más probable es que, al no suponer un problema, no fueron eliminados por la selección natural.

Por último, y respecto a si en nuestra etapa prehistórica, amamantábamos a nuestros hijos. No lo sabemos. No hay ninguna prueba de que así fuera. Pero ya saben, la ausencia de pruebas no es prueba de la ausencia.

Si me lo permiten, pensando en este asunto yo tengo una hipótesis. Se me ocurrió al leer unas declaraciones que hizo en cierta ocasión la actriz Scarlett Johansson.

En ellas manifestaba su confusión al no entender porqué los hombres tienen pezones, ya que no les veía una función lógica. Pero la joven también dijo que se sentía atraída por ellos.

Por los pechos de los hombres. Por esa parte de la anatomía masculina que además, ya se lo he dicho, es eréctil. Toda una pista. A lo mejor, por eso, sí tienen uso y sentido.

Pero la cuestión pezonil no acaba aquí.



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