En la década de los setenta del pasado siglo veinte, el conocido modisto francés Yves Saint Laurent declaraba: “Me hubiera gustado inventar los vaqueros, es la adecuación perfecta de una prenda a una época”.
De la adecuación de la prenda a una época y de su aceptación por nuestra sociedad desde entonces, sobran evidencias. No se equivocaba el diseñador de moda, pero: ¿Desde cuándo existen los pantalones vaqueros?
El origen de esta prenda hay que buscarlo en un sastre judío de Baviera, llamado Levi Strauss, de quien en estos días (el pasado 28 de febrero, perdón por el retraso) se han cumplido los 180 años de su nacimiento. Como otros muchos, el joven Levi había emigrado con su familia a los Estados Unidos para hacer fortuna. Un nuevo mundo, una nueva vida.
Aprovechando la fiebre del oro, se estableció en 1850 en San Francisco, donde abrió una mercería. No le iba mal el negocio, hasta que pareció tener un traspié.
Sucedió que entre los artículos que vendía se contaba una tela recia de color marrón, que era empleada en confeccionar carpas y toldos para las carretas y vagones. Y un día el ejército le hizo un gran pedido.
Un gran pedido que después rechazó alegando la mala calidad de la lona. No están claras las razones, pero el caso es que Levi se quedó con un excedente de la tosca lona marrón, con la que no sabía que hacer. Un mal asunto.
Pensando y pensando, le vino una idea. Sabedor de que, debido a la dureza de su trabajo, los pantalones de los mineros se deterioraban rápidamente pensó, aunque sin muchas esperanzas, que podría ser una buena solución fabricar pantalones con la tela. Unos pantalones lo suficientemente fuertes como para aguantar el ritmo de trabajo de un minero. Y acertó.
No le fue mal. Sin embargo, a pesar de que la tela de los pantalones ahora aguantaba bien, no en vano llevaban doble costura, era harto frecuente que sus bolsillos se descosieran y rompieran. Esto era debido a que los trabajadores guardaban en ellos todo tipo de cosas. Desde muestras de minerales encontrados, hasta las herramientas de uso más frecuente. Normal que se rompieran.
Un problema al que, unos años después, en 1872, encontró solución un sastre que solía comprar en la tienda de Levi. Su nombre, Jacob Davis. La solución, reforzar las esquinas de los bolsillos con ribetes, remaches o clavos de latón en sus puntos más vulnerables. Se pusieron manos a la obra y fue todo un éxito.
Tanto que solicitaron la patente del proceso, y el 20 de Mayo de 1873 les llegó la concesión de ésta y la de la marca registrada en EE.UU. Así nacía, oficialmente, el primer pantalón con remaches de Levi ´s, al más puro estilo estadounidense.
Se iniciaba así la producción de la prenda de vestir más fabricada de todos los tiempos: los vaqueros. Los mismos a los que se refirió el empresario de la moda Saint Laurent casi cien años después. Bueno, los mismos no. Aún no se les llamaban jeans, ni eran azules.
De la adecuación de la prenda a una época y de su aceptación por nuestra sociedad desde entonces, sobran evidencias. No se equivocaba el diseñador de moda, pero: ¿Desde cuándo existen los pantalones vaqueros?
En busca de los orígenes
El origen de esta prenda hay que buscarlo en un sastre judío de Baviera, llamado Levi Strauss, de quien en estos días (el pasado 28 de febrero, perdón por el retraso) se han cumplido los 180 años de su nacimiento. Como otros muchos, el joven Levi había emigrado con su familia a los Estados Unidos para hacer fortuna. Un nuevo mundo, una nueva vida.
Aprovechando la fiebre del oro, se estableció en 1850 en San Francisco, donde abrió una mercería. No le iba mal el negocio, hasta que pareció tener un traspié.
Sucedió que entre los artículos que vendía se contaba una tela recia de color marrón, que era empleada en confeccionar carpas y toldos para las carretas y vagones. Y un día el ejército le hizo un gran pedido.
El problema con el pedido
Un gran pedido que después rechazó alegando la mala calidad de la lona. No están claras las razones, pero el caso es que Levi se quedó con un excedente de la tosca lona marrón, con la que no sabía que hacer. Un mal asunto.
Pensando y pensando, le vino una idea. Sabedor de que, debido a la dureza de su trabajo, los pantalones de los mineros se deterioraban rápidamente pensó, aunque sin muchas esperanzas, que podría ser una buena solución fabricar pantalones con la tela. Unos pantalones lo suficientemente fuertes como para aguantar el ritmo de trabajo de un minero. Y acertó.
No le fue mal. Sin embargo, a pesar de que la tela de los pantalones ahora aguantaba bien, no en vano llevaban doble costura, era harto frecuente que sus bolsillos se descosieran y rompieran. Esto era debido a que los trabajadores guardaban en ellos todo tipo de cosas. Desde muestras de minerales encontrados, hasta las herramientas de uso más frecuente. Normal que se rompieran.
El toque del remache
Un problema al que, unos años después, en 1872, encontró solución un sastre que solía comprar en la tienda de Levi. Su nombre, Jacob Davis. La solución, reforzar las esquinas de los bolsillos con ribetes, remaches o clavos de latón en sus puntos más vulnerables. Se pusieron manos a la obra y fue todo un éxito.
Tanto que solicitaron la patente del proceso, y el 20 de Mayo de 1873 les llegó la concesión de ésta y la de la marca registrada en EE.UU. Así nacía, oficialmente, el primer pantalón con remaches de Levi ´s, al más puro estilo estadounidense.
Se iniciaba así la producción de la prenda de vestir más fabricada de todos los tiempos: los vaqueros. Los mismos a los que se refirió el empresario de la moda Saint Laurent casi cien años después. Bueno, los mismos no. Aún no se les llamaban jeans, ni eran azules.
2 comentarios :
porque se llamam jeans
no entiendo lo de jean
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