Este mes de febrero está protagonizado por Alessandra Giannini, investigadora científica implicada en la investigación de la ciencia del clima, que se ha especializado en el estudio del cambio climático africano a lo largo del tiempo.
Y tiene una hipótesis al respecto.
Al contrario de lo que piensa la creencia generalizada -según la cual las poblaciones locales son las causantes del desastre ambiental, con su rápido crecimiento demográfico y la mala gestión de los recursos- Alessandra cree que el verdadero responsable de la desertización son los cambios en los océanos.
Ella pone de relieve la contribución en este proceso, del calentamiento de los océanos tropicales y nos enseña que la sequía en el Sahel se puede explicar por los cambios en las temperaturas de la superficie marina.
Con estos estudios sobre la dinámica del clima tropical pretende, no sólo saber más sobre el funcionamiento del sistema climático, en particular el clima tropical, sino que también, aprender a hacer ciencia que tengan una potencial aplicación para la sociedad.
Porque, en otra línea de investigación, Giannini está muy interesada en las implicaciones políticas de los resultados científicos, y en el papel de la ciencia y los científicos en nuestra sociedad global.
Una franja territorial de transición a través del continente africano entre el Océano Atlántico y el Mar Rojo.
Del calendario ya hablé el mes pasado, pero por si no lo leyó o no lo recuerda, aquí lo tienen.
Generalidades calendarias y solidarias
La idea de un calendario solidario, ligado a una buena intención no es nueva. De modo que esta entrada no presenta ese carácter novedoso.De tenerlo, si éste fuera el caso, a mi entender podría radicar tanto en la temática a la que está destinado, como en los colaboradores fotografiados.
De ella nada que decirle, porque no es poco lo escrito sobre el fenómeno. Pero de ellos, los expertos que se dedican a su estudio, sí puedo contarles algo.
Para empezar, la sorprendente imagen que de ellos mismo nos ofrecen. Totalmente alejada de la estereotipada que la sociedad le adjudica. La de ser personas serias, que pasan su vida en un laboratorio investigando aburridos, y poco interesantes, asuntos científicos.
Como si “divertido” fuera lo contrario de “serio”. Cuando en realidad “divertido”, es sólo lo contrario de “aburrido” y de nada más. Aunque muchos lo ignoran, la ciencia es seria, curiosa e interesante.
Y los científicos, personas como usted y yo ni más ni menos. Cada uno de su padre y de su madre. Ya me entienden. Vamos que entre ellos hay de todo, como en botica. Pero a lo que vamos, que desvarío.
Sucede que hace unos meses, un grupo de científicos de la Universidad de Columbia tuvieron una ocurrente idea. La de convencer a una serie de expertos en el estudio del clima, para que se dejasen fotografiar y así ilustrar un calendario destinado, claro, al Cambio Climático.
Hasta trece (13) han dado el paso adelante y posado con sus mejores galas, no tienen más que verlos. Las fotografías van acompañadas de una sucinta descripción en la que se explica el trabajo de cada uno de ellos.
Van desde las extinciones masivas, hasta tendencias de las precipitaciones, pasando por el futuro de El Niño.
Este mes ya lo sabe, Alessandra Giannini y el Sahel.
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