Hoy domingo 22 de septiembre a las 22 h 44 min, hora oficial peninsular, una hora menos en Canarias, finalizará el verano y dará comienzo el otoño español
Esos al menos son los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, dependiente del Instituto Geográfico Nacional que pertenece al Ministerio de Fomento, para el inicio astronómico de este otoño de 2013. Hoy tendrá lugar el equinoccio otoñal.
Esta estación durará 89 días y 20 horas, y terminará el 21 de diciembre con el comienzo del invierno. Ya saben lo que dura una estación, lo que tarda en llegar la siguiente.
Una cuestión de convenios
Es lo que en realidad resulta ser el inicio astronómico de las estaciones en general. Ya que lo tenemos consensuado como el instante en el que la Tierra pasa por una determinada posición de su órbita alrededor del Sol. Para el otoño, esta posición es desde la que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el sur. Como ya hemos explicado en anteriores entradas, entonces, la duración del día y la noche es la misma.
Y de esta coincidencia deriva etimológicamente el nombre de equinoccio.
Aquí, en el hemisferio norte, de otoño pero no olvidemos que, en el hemisferio sur, es el equinoccio vernal y lo que comienza es la primavera.
Pero el de inicio estacional, no es el único convenio astronómico en estos asuntos calendarios. Les traigo otro: el del cambio de hora. En esta ocasión tendrá lugar, como siempre, el último domingo de octubre.
A las 3 de la madrugada, hora peninsular del 27 de octubre, habrá que retrasar el reloj hasta las 2 (las 2 de la madrugada en Canarias pasarán a ser la 1), con lo que este día tendrá, oficialmente, una hora más. Y con él habremos vuelto al horario de invierno.
Lo que no ocurre por convenio, es el mayor acortamiento que experimenta la duración del día durante esta estación. Es la época del año en que la duración del día se acorta de forma más rápida.
Por las latitudes de la península, el Sol “sale” por las mañanas un poco más tarde cada día que el anterior, y por la tarde se “pone” antes. Naturalmente este acortamiento del día es más apreciable por las tardes.
Se estima que, por esta época, el tiempo en el que el Sol está por encima del horizonte disminuye en casi tres minutos (3 min) cada día.
Mirando al cielo
Con las precauciones adecuadas -las observaciones las debemos realizar en fechas cercanas a la luna nueva (5 de octubre, 3 de noviembre y 3 de diciembre), salvo que lo que queramos observar sea la propia Luna-, la observación nocturna del cielo otoñal nos ofrecerá algún que otro espectáculo celeste, tanto predichos como no.Empezando por nuestro satélite, en este otoño veremos tres Lunas Llenas, cada 29 o 30 días. La primera el 19 de octubre, y las otras dos el 17 de noviembre y 17 de diciembre.
En lo que respecta a los planetas solares, serán visibles al amanecer Marte y Júpiter y, al final del otoño, también Saturno. Al atardecer podremos ver un brillante Venus y, sólo hasta mediados de otoño, Saturno.
Naturalmente también tendremos lluvias de meteoros durante esta estación otoñal. Entre las más importantes, la primera de ellas que tendrá lugar serán Las Dracónidas, cuyo máximo ocurrirá hacia el 8 de octubre.
La siguiente lluvia será la de Las Leónidas, alrededor del 17 de noviembre que, ya lo hemos comentado en otras ocasiones, puede llegar a ser muy intensa. (Continua esta tarde).
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