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No sólo era comprimible, sino que esa compresibilidad, era inversamente proporcional a la presión que ejerciera, si la experiencia la realizaba a temperatura constante, T = cte.
Y así. Si triplicaba el valor de la presión que ejercía sobre el gas, su volumen se reducía a la tercera parte. Matemáticamente, ya sabe:
P · V = CTE ... [1]
P1 · V1 = P2 · V2 ... [2]
P1 · V1 = P2 · V2 ... [2]
Pero además llegó a una importante conclusión. La causa de la compresibilidad del aire estribaba en que estaba constituido de pequeñas partículas (moléculas), que se movían (cinéticas) en medio del vacío.
El atomismo volvía con fuerza, y esta vez para quedarse definitivamente. Ya era hora, desde que dos mil años antes, un griego llamado Demócrito apostara por él.
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Hasta donde sabemos, está demostrado que ambas investigaciones discurrieron de forma independiente. Por lo que no hay duda alguna de la originalidad de ambas.
Por eso esta ley es conocida en el Reino Unido y EEUU como Ley de Boyle, y en Francia como Ley de Mariotte. Natural.
Nosotros, como es lógico, la conocemos como Ley de Boyle-Mariotte. Total que más nos da. Y así quedamos bien con todos.
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