Que la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein no es fácil de entender, es algo que a nadie escapa. Ya cuando el sabio alemán la publicó, comenzó a circular un rumor según el cual, era tan compleja y profunda que el mismo Einstein había llegado a afirmar, que sólo tres personas en el mundo (incluido él, se supone), eran capaces de entenderla en su totalidad.
Hasta donde sé, se trata de una historia sin confirmación y apócrifa por tanto. Pero no fue la única acerca de la teórica dificultad.
Hasta donde sé, se trata de una historia sin confirmación y apócrifa por tanto. Pero no fue la única acerca de la teórica dificultad.
Cuentan también, que en la reunión conjunta que la Royal Society y la Royal Astronomical Society celebraron el 6 de noviembre de 1919, para dar carácter oficial a las mediciones que en el verano anterior, había realizado del eclipse el profesor Arthur Stanley Eddington, y que confirmaban las predicciones de la teoría einsteniana, sucedió otra. Consecuencia de la anterior y quizás más jugosa.
Al parecer, L. Silberstein, el tercero en discordia, que asistió a esa reunión pidió la palabra en la intervención de Eddington, asombrado por la importancia de sus conocimientos relativistas. Le dijo, haciéndose eco del rumor: “Profesor, ¡Usted es sin ninguna duda uno de los tres que entienden la Relatividad General”!
Eddington permaneció en silencio durante un largo rato, por lo que Silberstein insistió: “¡Vamos, Eddington! ¡No sea modesto!”. A este envite sí respondió: “No, no. Al contrario. Estoy tratando de imaginarme quién puede ser el tercero”. Una respuesta intrigante. Y tampoco hay pruebas de que este sucedido ocurriera. Sólo se sabe que fue el propio Silberstein quien la relató, por lo que no se entiende muy bien con qué finalidad lo hizo. Me explico.
Todo apunta a que, el tal Silberstein, se consideraba a sí mismo una autoridad en relatividad general por lo que, con la pregunta, podría ir buscando la confirmación pública del astrónomo. Que él era el tercero. Vanitas vanitatis, al parecer de los clásicos. Pero, a lo que se ve, no le salió bien la jugada.
Se desconoce la intención de la respuesta de Eddington, por lo que lo mejor es no emitir opinión alguna. Lo que sí parece cumplirse una vez más, es algo ya sabido: quien pregunta lo que no debe, oye lo que no desea.
1 comentario :
Esta me dio risa, antes permitame felicitarlo. Que curioso, mi profesor de academia (y lo digo porque aun no toco la universidad)nos contaba de la teoria de la relatividad y como q todo el alumnado entendía, incluso yo...imagino que solo fue la punta del iceberg, en fin. Admiro por supuesto el trabajo de Einstein y como que esa falta de humildad no le va, como usted dic son solo especulaciones... Simplemente no se puede subestimar los razonamientos en general,decir tres en el mundo...como si llegara a conocer a cada persona que la habita es una estúpida exageración .
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