miércoles, 12 de marzo de 2008

Rain man

En la anterior entrega me despedía con algunas de las sorprendentes singularidades de Kim Peek. No son las únicas.

Este señor, además, tiene en su memoria todos los mapas de EEUU, de modo que puede decir exactamente cómo llegar por carretera de una ciudad a otra, o en qué calle girar para ir de un lugar a otro de cualquier ciudad estadounidense.

Lo que se dice un auténtico “GPS humano”.

Como contrapartida, si se le pregunta cuánto son dos más tres, puede contestar que 33 o que 47. Un sabio idiota. Una trágica paradoja.

Como todos ellos, Kim es un ser indefenso frente a un mundo por el que apenas muestran interés. De hecho, es tan escasa su reacción frente a los estímulos externos que, algunos parecen sordos sin serlos.

Una patética indiferencia hacia las personas de las que dependen.

Nacido en un día azul

Hay una sola excepción a esta dependencia, Daniel Tammet.

Un británico sin incapacidades mentales, autor de un libro autobiográfico, ‘Nacido en un día azul: dentro de la extraordinaria mente de un autista’.

Se trata de una persona completamente independiente, que lleva una vida normal, se relaciona razonablemente bien con otras personas y su actual pareja, no es la primera en su vida sentimental. Como casi todos nosotros.

Pero él tiene una especial habilidad con los números, lo que le permite elevar, por ejemplo, 37 a la cuarta potencia y dar el resultado en un instante, o dividir 13 entre 96 y dar más decimales que cualquier calculadora.

Posee el récord europeo de memorización y recitado de decimales del número PI, nada menos que 22 514 dígitos en algo más de cinco horas.

No sé que me llama más la atención: si la capacidad de cálculo, la de memorización o la de recitado. He echado las cuentas y debe decir un dígito cada segundo. Eso es hablar rápido.

También posee una gran facilidad para aprender idiomas. Para muestra un botón, bueno, tres: domina once idiomas, fue capaz de aprender islandés en una semana y ha creado uno nuevo.

Lo que está al alcance de muy, muy, pocos. Se lo puedo asegurar.

X-Men

Si estuviéramos en clave de cine diríamos que son como una nueva raza. Unos superhombres. X-Men, vamos. Pero no. Nada más lejos de la realidad. Sus poderes no van por ahí.

Lo que no significa que el cine no se haya fijado en ellos (al fin y al cabo lo ha hecho con los chicos mutantes del profesor Xavier). Buena prueba de ello es la película que titula esta entrega: Rain man. Seguro que la recuerda.

Pues bien su personaje central, el autista Raymond Babbitt (Dustin Hoffman), está inspirado en Kim Peek y en su habilidad para recordarlo todo. Literalmente todo.

Coprotagonista del film es su hermano Charles (Tom Cruise), quien a cambio de un Buick descapotable, se ve desheredado por su padre, con el que nunca mantuvo buenas relaciones. Cosas de familia. No les cuento más, mejor la ven.

Dos errores de película

En 1988, ‘Rain man’, obtuvo nada menos que cuatro de los ocho Oscar para la que fue nominada. Al parecer, el film produjo en el jurado la misma fascinación que el síndrome había despertado en algunos científicos.

Como sabemos, el impacto en el gran público no les fue a la zaga. Lo que no nos debe sorprender. No en vano se muestra el enorme potencial que nuestro cerebro posee, y que está aún por descubrir. Todo un reto para el siglo XXI, que será el de la Neurobiología.

A pesar de ser un extraordinario film, basado en una habilidad sorprendente y sin fallo, presenta dos errores al menos en lo que respecta a la prodigiosa información que Raymond posee.

Uno de ellos está relacionado con el número de coches del modelo ‘Buick Roadmaster’, que dice se fabricaron en 1949. La escena transcurre así:

Charles: ¿Conoces este auto?
Raymond: Conozco este auto
Charles: ¿Cómo lo conoces?
Raymond: Definitivamente lo conozco. Es un ‘Buick Roadmaster convertible de 1949’. Ocho en línea. Ocho de Fuego. Sólo se produjeron 8 095 ejemplares.

8095 ejemplares cuando, según la propia fábrica, en realidad fueron 8244. Un fallo sin duda. Lo que no les sabría decir es si se trata de un error de documentación del guionista o de memorización del autista.

Tampoco es que importe mucho esta traslación de la vida real al guión cinematográfico.

El otro error se localiza también en una conversación entre los hermanos. “Te voy a contar un pequeño secreto, Ray, ‘Kmart’ es una mierda”. “Sí. ‘Kmart’ se encuentra en el 400 Oak Street de Cincinnati”. Le contesta el autista.

No he estado en Cincinnati pero, según he leído, en esa dirección está el ‘The Forum Grill’. En este caso, el error de un hermano se ve compensado con el acierto del otro, cuando dijo lo que dijo sobre la cadena de supermercados de precios baratos.

Les digo esto porque, desde entonces, ignoro si hay una relación causa-efecto, la multinacional fue de mal en peor y, en los últimos años, ha llegado a presentar suspensión de pago.

Todo un acierto pues que, en este caso, ha viajado del guión cinematográfico a la vida real. Cosas del cine.


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