"He visto más lejos que otros hombres,
y es porque he estado subido en hombros de gigantes"
y es porque he estado subido en hombros de gigantes"
Isaac Newton (1643-1727)
Atribuída al genial físico y matemático, está considerada como una muestra de la modestia y humildad del gran científico.
Con ella reconocía la contribución de Nicolás Copérnico (1473-1543), Tycho Brahe (1546-1601), Johannes Kepler (1571-1630), Galileo Galilei (1564-1642), entre otros.
Sin embargo, tanto la atribución como la intencionalidad no parecen estar bien fundadas. Y es que Newton, como hombre, no siempre estuvo a la misma altura que alcanzó como científico.
Con ella reconocía la contribución de Nicolás Copérnico (1473-1543), Tycho Brahe (1546-1601), Johannes Kepler (1571-1630), Galileo Galilei (1564-1642), entre otros.
Sin embargo, tanto la atribución como la intencionalidad no parecen estar bien fundadas. Y es que Newton, como hombre, no siempre estuvo a la misma altura que alcanzó como científico.
De la atribución y la intencionalidad
Respecto a la primera, no hay duda. La frase no es suya. Y él lo sabía cuando la incluyó en una carta personal.Newton no ignoraba que correspondía a la 'Anatomía de la melancolía' de Robert Burton (1577-1640),donde decía: "Los pigmeos colocados sobre hombros de gigantes ven más lejos que los gigantes mismos". Lo que desconocía era que, tampoco Burton fue su autor.
Ya a comienzos del siglo XII parece ser que la utilizó el teólogo y filósofo John of Salisbury (1115-1180), atribuyéndola a su maestro Bernard of Chartres, decía: "Un enano subido a los hombros de un gigante verá más lejos que el mismo gigante" (Pigmaei gigantum humeris impositi plusquam ipsi gigantes vident).
Todo hace pensar que tampoco era suya, y que el origen de la cita se remonta a muchos siglos atrás. Nada nuevo bajo el Sol, que dijo el clásico.
Todo hace pensar que tampoco era suya, y que el origen de la cita se remonta a muchos siglos atrás. Nada nuevo bajo el Sol, que dijo el clásico.
En lo que atañe a la intención con la que fue empleada, las más oscuras sombras de dudas se ciernen sobre ella.
Resulta que Newton mantenía un contencioso con Robert Hooke (1635-1703), un científico que pretendía adjudicarse, sin ninguna razón ni derecho, la invención del telescopio reflector.
Una autoría que Newton no estaba dispuesto a consentir, puesto que se consideraba su creador. De hecho, hoy en día, estos telescopios se conocen como newtonianos. También estas mezquindades pasan entre los científicos.
Resulta que Newton mantenía un contencioso con Robert Hooke (1635-1703), un científico que pretendía adjudicarse, sin ninguna razón ni derecho, la invención del telescopio reflector.
Una autoría que Newton no estaba dispuesto a consentir, puesto que se consideraba su creador. De hecho, hoy en día, estos telescopios se conocen como newtonianos. También estas mezquindades pasan entre los científicos.
No obstante, en honor a la verdad hay que decir que, al margen de este intento de fraude científico, Hooke fue un investigador hábil e ingenioso que destacó en física y biología.
Como físico enunció lo que hoy se conoce como la Ley de Hooke, relacionada con la elasticidad; además demostró que la materia en general se expande cuando se calienta.
Y como biólogo fue uno de los microscopistas más eminentes de su época. Él descubrió la estructura porosa del corcho. Pero se ve que quería más.
Como persona Hooke era un hombre desagradable, polémico (Newton no fue el único científico con el que polemizó sobre la autoria de algún que otro invento o hipótesis), mísero y pendenciero.
Además era bajo, muy bajo. Y en su corta estatura se fijó el cobarde y pusilánime Newton, que tampoco era un alma de la caridad todo sea dicho, para atacarle.
Mi opinión es que su intención era, más que nada, vibórica. Tenía poco de humildad y menos aún de modestia ¡Bueno era don Isaac para las cosas que le interesaban!
Como físico enunció lo que hoy se conoce como la Ley de Hooke, relacionada con la elasticidad; además demostró que la materia en general se expande cuando se calienta.
Y como biólogo fue uno de los microscopistas más eminentes de su época. Él descubrió la estructura porosa del corcho. Pero se ve que quería más.
Como persona Hooke era un hombre desagradable, polémico (Newton no fue el único científico con el que polemizó sobre la autoria de algún que otro invento o hipótesis), mísero y pendenciero.
Además era bajo, muy bajo. Y en su corta estatura se fijó el cobarde y pusilánime Newton, que tampoco era un alma de la caridad todo sea dicho, para atacarle.
Mi opinión es que su intención era, más que nada, vibórica. Tenía poco de humildad y menos aún de modestia ¡Bueno era don Isaac para las cosas que le interesaban!
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