Y mientras llega, me refiero al 2031, sepa que las de este año se presentarán con un flujo de unos quince meteoros a la hora como máximo. Y que esta mayor actividad tendrá lugar el lunes 17 de noviembre, con la Luna en fase de cuarto menguante.
Así que ideal para observar las estrellas fugaces ese mismo día o, incluso, en los dos o tres siguientes. Para ello busque un paraje oscuro, protegido de la contaminación lumínica, y no se limite a vigilar sólo la constelación de Leo.
Tenga amplitud de miras y observe sus regiones próximas en la bóveda celeste.
Pero no sólo lluvias de estrellas podremos ver en la bóveda celeste de este undécimo mes llamado, paradójicamente, noviembre.
También podremos ver y apreciar planetas, nuestro satélite, la duración de los días, eclipses, etcétera.
De los planetas
A Marte, el cuarto de nuestro sistema más cercano al Sol, lo podrán ver estos días después del anochecer y durante un par de horas, en Sagitario. Dentro de un par de semanas, el día 26, el planeta rojo a eso de las veinte horas (20 h), y hacia el suroeste, estará muy cerca de la luna creciente.Ya saben que su nombre procede de Marte, dios romano de la guerra y su color está asociado a la sangre. Pero es mitología.
Su apariencia rojiza se la confiere el óxido de hierro que domina su superficie. Es lo que nos dice la química. Y entre ciencia y creencia, la elección no tiene color.
Venus, el segundo más cercano al Sol y tercero en cuanto a tamaño, y Saturno, sexto en alejamiento solar, segundo en tamaño y masa después de Júpiter y único con un sistema de anillos visible desde nuestro planeta, Venus y Saturno les decía, durante este mes estarán demasiado cerca de la visual al Sol, por lo que no podremos verlos.
Sin embargo sí podremos ver y admirar antes del amanecer a Júpiter, quinto planeta del Sistema Solar.
Justo antes del amanecer del día catorce (14), mirando hacia el Sur, este planeta formará una bella composición celeste con la brillante estrella Régulo y la luna menguante.
El gigante gaseoso se levantará a eso de la una (1) de la madrugada y permanecerá visible el resto de la noche entre Cáncer y Leo. Hacia el Sureste y antes de que despunte el día, podremos observarlo muy alto sobre el horizonte.
Incluso también podremos ver a Mercurio, el más pequeño y próximo a nuestra estrella.
Aunque su observación resulta siempre difícil, los amaneceres de principios de mes serán momentos favorables, ya que este planeta alcanza su máxima elongación el día uno (1).
En esta posición, Mercurio, se sitúa a la máxima separación angular del Sol, visto desde la Tierra, lo que permite una observación del planeta con la mínima interferencia posible de la luz solar.
Una ventaja óptica a tener en cuenta.
De la Luna y la duración de los días
El pasado jueves 6 tuvimos la luna llena de noviembre y el próximo sábado 22, tendrá lugar la luna nueva. Y entre una y otra nuestro satélite estará en su apogeo, punto máximo de separación de la Tierra, lo hará el día quince (15). El satélite pasará por la posición más cercana, perigeo, los días tres (3) y veintisiete (27).
Durante este mes, y en nuestras latitudes, los días tendrán unas diez horas (10 h) de luz, lo que nos deja las restantes catorce (14) del día, para observar el cielo nocturno.
Aproveche las que pueda porque la meteorología otoñal, a menudo, no es favorable para las observaciones astronómicas.
Y hasta aquí. Soy consciente de que se producen otros atractivos fenómenos en la bóveda celeste este mes, pero tampoco me he planteado esta entrada con el ánimo de agotar en ella el tema.
Hasta diciembre.
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